Los síntomas gastrointestinales ocasionales son comunes incluso en personas que gozan de buena salud. La mayoría de estos síntomas aparecen debido a cambios en la dieta, presumiblemente a través de alteraciones en la microbiota intestinal. Las pruebas científicas han puesto de manifiesto que la dieta tiene una gran relevancia en la microbiota intestinal y en la salud gastrointestinal en general, y que una intervención dietética como el consumo de probióticos, especialmente Bifidobacterias , o una dieta baja en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles ( FODMAP) son recomendables frente a ciertos trastornos. También parece que el ejercicio físico podría mejorar la composición de la microbiota intestinal y reducir las afecciones vinculadas al aparato digestivo, aunque muchos de estos estudios sobre los efectos de la dieta son bastante limitados.
Un estudio reciente de Philippe Marteau y sus colegas franceses ha analizado datos de dos estudios publicados con anterioridad y evaluado la velocidad a la que mejoran las molestias abdominales tras haber consumido un producto lácteo fermentado (PLF) en 538 mujeres sanas que se habían quejado de molestias digestivas ocasionales. Los autores pretendían asimismo determinar si ciertos factores del estilo de vida como la ingestión de fibra o el ejercicio físico pueden influir en el efecto de estos PLF en el malestar gastrointestinal.
Los análisis estadísticos demuestran que el consumo de los productos lácteos fermentados durante cuatro semanas mejoraba significativamente los síntomas digestivos
Para ello, pidieron a las participantes que consumieran 125 g de productos lácteos no fermentados, sin ninguna cepa bacteriana (grupo de control) o PLF que contenían cuatro probióticos, dos veces al día durante cuatro semanas. Por otro lado, se les solicitó que evaluaran semanalmente algunos de sus síntomas digestivos como el dolor abdominal y las flatulencias.
Los análisis estadísticos mostraron que el consumo de los PLF durante cuatro semanas mejoraba significativamente los síntomas digestivos de los sujetos, independientemente de que ingirieran fibra o practicaran deporte tras solo dos semanas de intervención. Esto sugiere que los trastornos gastrointestinales leves podrían mejorar mediante el consumo regular de PLF con diversas cepas probióticas. Los autores también concluyeron que la velocidad con la que una intervención dietética influye sobre los síntomas gastrointestinales es probablemente un factor clave a la hora de decidir si un individuo debe seguir una intervención dietética a largo plazo.
El estudio demuestra las ventajas potenciales de consumir regularmente productos lácteos fermentados para una mejora rápida del malestar digestivo leve
A pesar de estos prometedores resultados, se desconoce si los efectos del consumo de PLF son duraderos. Este estudio aleatorio, pese a sus limitaciones, muestra las ventajas potenciales de consumir regularmente productos lácteos fermentados para una mejora rápida del malestar digestivo leve en mujeres y podría contribuir a una mejor salud digestiva en general. Incorporar yogur y kefir a la dieta podría por tanto resultar beneficioso para la microbiota intestinal y reducir los síntomas abdominales en personas sanas.
Referencias
Marteau P, Le Nevé B, Quinquis L, et al. Consumption of a Fermented Milk Product Containing Bifidobacterium lactis CNCM I-2494 in Women Complaining of Minor Digestive Symptoms: Rapid Response Which Is Independent of Dietary Fibre Intake or Physical Activity. Nutrients. 2019. doi:10.3390/nu11010092