Se ha constatado que los alimentos son el principal desencadenante de síntomas digestivos en la amplia mayoría de pacientes que padecen de síndrome de intestino irritable. A pesar de que encontrar alimentos que no desencadenan los síntomas gastrointestinales ha sido un reto para muchas personas con SII, las dietas restrictivas pueden conllevar riesgos potenciales.

El síndrome del intestino irritable se considera hoy en día un trastorno ligado a la comunicación intestino-cerebro y las pruebas emergentes abundan en una implicación de los microbios intestinales. El Dr. James Versalovic actualiza lo que sabemos hasta ahora sobre la contribución de una microbiota intestinal alterada al desarrollo de esta enfermedad y las herramientas disponibles respaldadas por la ciencia para aliviar los síntomas.

La investigación en el ámbito de la nutrición personalizada es cada vez más relevante y podría contribuir en el futuro a planear mejor las intervenciones nutricionales para obtener una mejor respuesta de los pacientes.

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