El síndrome del intestino irritable se considera hoy en día un trastorno ligado a la comunicación intestino-cerebro y las pruebas emergentes abundan en una implicación de los microbios intestinales. El Dr. James Versalovic actualiza lo que sabemos hasta ahora sobre la contribución de una microbiota intestinal alterada al desarrollo de esta enfermedad y las herramientas disponibles respaldadas por la ciencia para aliviar los síntomas.

¿Qué lleva a un periodista o escritor a querer publicar otro libro sobre la importante comunidad de bacterias que habita nuestros intestinos? Para responder a esta pregunta hemos hablado con Cristina Sáez, periodista científica que, junto a la Fundación Alicia, ha publicado recientemente “La ciencia de la microbiota”.

Las reacciones adversas a los alimentos son cada vez más numerosas y pueden dividirse en sensibilidades alimentarias e intolerancias alimentarias. Conoce más sobre las diferencias entre ellas y el factor más importante al que debe prestar atención antes de seguir una dieta restrictiva como medio principal para mejorar tus síntomas.

La vida rural, el parto vaginal, la propiedad de mascotas, el consumo de una amplia variedad de alimentos, el bajo uso de antibióticos y la microbiota de la leche materna pueden evitar que sus hijos desarrollen una alergia respiratoria o alimentaria. Pero ¿qué pasaría si las diferencias en la microbiota intestinal pudieran predecir qué niños se recuperarán de sus alergias?

El término “simbiótico”, menos conocido que los de “probiótico” y “prebiótico”, surgió en 1995. En 2019, un grupo de científicos se reunió para proponer una nueva definición. Descubra por qué los simbióticos son más que la mera combinación probiótico-prebiótico y lo que pueden aportar a nuestra salud.

Según la Fundación para la Enfermedad Celíaca, la celiaquía afecta a 1 de cada 100 personas en todo el mundo. Para conmemorar el Día Internacional del Celíaco, GMFH entrevistó a la Dra. Elena Verdú de la Universidad McMaster (Canadá), quien nos explica algunos datos clave sobre la enfermedad.

Seguir una dieta variada, rica en fruta, verdura, cereales integrales y alimentos fermentados podría protegernos contra las formas graves de COVID-19. Una nueva reseña formula la hipótesis de un vínculo entre una microbiota poco diversificada, una ingesta elevada de alimentos procesados y azúcares refinados y los casos más graves de Covid-19 en los países occidentales.