Tal y como explicábamos en un artículo anterior, el término “salud intestinal” se ha vuelto cada vez más popular. La salud intestinal implica tanto la propia digestión y absorción de alimentos como la ausencia de enfermedades gastrointestinales, una microbiota intestinal equilibrada junto con una barrera intestinal reforzada, un sistema inmunitario eficiente y un estado de bienestar.

¿Pero cómo reconocer si peligra nuestra salud intestinal? Y más importante aún ¿qué métodos científicos pueden ayudarnos a conseguir que nuestra salud digestiva se recupere?

Hemos entrevistado a cinco dietistas especializadas en salud intestinal: Andrea Hardy, Paula Crespo, Kate Scarlata, Megan Rossi y Mariana Camarena sobre la manera de detectar cuándo nuestro intestino no funciona correctamente.

 

¿Cuáles son los síntomas intestinales que empujan a un individuo a acudir a su consulta?

Andrea Hardy: Normalmente, en mi caso las quejas más habituales son estreñimiento, diarrea, hinchazón y dolor abdominal. A menudo, a los pacientes se les han descartado todas las enfermedades estructurales (cáncer colorrectal, EII, celiaquía) y ya no saben hacia dónde orientarse, así que van a consultar a un/a dietista para que les ayude a hacer frente a los síntomas de su trastorno intestinal funcional.

Paula Crespo: Esencialmente estómagos con molestias crónicas y síntomas como hinchazón, flatulencias, diarrea, estreñimiento y acidez que no mejoran después de varios tratamientos médicos y regímenes severos. Los pacientes también acuden porque padecen un malestar general que no va vinculado a ningún alimento específico. Se sienten mal después de comer, pero no logran identificar la bebida o el alimento concreto que les provoca ese malestar.

 

¿Cómo ayudan la dieta y el estilo de vida a mantener o mejorar la salud intestinal y el bienestar gastrointestinal en general?

Megan Rossi: A diferencia de nuestra composición genética, sobre la que no tenemos control alguno, somos capaces de modelar nuestra microbiota intestinal simplemente con el trato que le damos. Es decir dieta, sueño, estrés y  ejercicio físico: todos estos factores han demostrado afectar de forma independiente a la microbiota intestinal.

Paula Crespo: La dieta y el estilo de vida son cruciales para la recuperación de la salud intestinal y deberían tratarse simultáneamente:

  • Basa tu dieta en una amplia variedad de alimentos. Incluye fruta, verduras, almidón resistente, cereales integrales y alimentos fermentados como los yogures naturales sin azúcar, todos ricos en fibra.
  • Elimina de tu dieta los alimentos ricos en azúcar y procesados como las bebidas azucaradas y productos con gran cantidad de azúcar refinada (pasteles, galletas, cereales, etc.).
  • Reduce el consumo de carne roja y embutido y aumenta la ingesta de proteína de origen vegetal.
  • Haz el deporte que te permita tu estado de forma, pero ¡muévete!
  • Si es posible, reduce los factores que hayas identificado como fuente de estrés. Si no sabes cómo hacerlo, busca la ayuda de un profesional, como un profesor de meditación, por ejemplo.

Mariana Camarena: La nutrición es una de las principales herramientas que debería emplear un profesional de la salud para tratar una enfermedad. “Que el alimento sea tu medicina y la medicina, tu alimento”. Cada vez que comemos o bebemos algo, alimentamos o luchamos contra una enfermedad. Tal es mi premisa.

«La dieta y el estilo de vida son cruciales para la recuperación de la salud intestinal y deberían tratarse simultáneamente.» Paula Crespo

Muchos son los factores que dan forma a nuestra salud intestinal, siendo el más importante la microbiota intestinal. La microbiota intestinal produce ciertas moléculas que pueden ser beneficiosas o nocivas para la salud, en función del tipo de microbiota. Ahora sabemos que todos los macronutrientes tienen un papel crucial en la modulación de la composición y la actividad de la microbiota intestinal y que los cambios en la alimentación a corto o largo plazo influyen en el perfil de la microbiota. Una dieta rica en verdura, fruta, cereales integrales y legumbres favorece una microbiota saludable, mientras que una alimentación rica en azúcares, grasas saturadas y proteínas animales empobrece la microbiota.

Se ha identificado a la genética y ciertos factores del estilo de vida como el deporte, el no fumar, el entorno geográfico, entre otros, como medios para mantener o mejorar la salud intestinal. Se recomienda rebajar los niveles de estrés, dejar de fumar y hacer más ejercicio, ya que estos factores se correlacionan con una buena salud intestinal.

En resumidas cuentas, el principal criterio para gozar de un sistema gastrointestinal saludable no solo implica la actividad en el intestino, sino también una barrera intestinal eficiente y el sistema inmunitario. Las recomendaciones siguientes pueden ayudarnos a mantener una buena salud intestinal y nuestro bienestar general (mediante una microbiota intestinal equilibrada y con una barrera gastrointestinal intacta):

 

·       Seguir una dieta equilibrada rica en vegetales y en fibra con un bajo consumo de carne roja.

·       Evitar sistemáticamente someterse a las dietas restrictivas más populares: centrarse en lo que se puede añadir a la dieta en lugar de lo que se puede eliminar. Ante la duda, consultar a un dietista.

·       ¡Hacer ejercicio!

·       Asegurarse de tener un sueño de calidad.

·       Evitar todo tipo de estrés crónico.

·       Los probióticos combinados con prebióticos funcionan: combinar yogur y fruta es beneficioso para la salud por sus propiedades probióticas y prebióticas.

·       Hidratarse.

 

Nota: se han podido editar las respuestas originales para adecuar el estilo y la longitud.