Una pregunta recurrente que suelen hacer muchas personas, ya sea a su médico, su dietista o al “Doctor Google” es: me duele el estómago, ¿qué debería y qué no debería comer para asegurarme de que estoy cuidando de mi salud intestinal?

Teniendo en cuenta la estrecha relación entre lo que comemos y los síntomas gastrointestinales y que casi un tercio de la población occidentalizada se queja de algún tipo de síntoma relacionado con el intestino, parece bastante lógico. Por otra parte, la mayoría cree que ciertos alimentos son desencadenantes importantes de sus síntomas gastrointestinales.

Si bien es cierto que en general los síntomas digestivos no son mortales, tienen un impacto negativo sobre la calidad de vida del individuo. Con estos problemas tan presentes en la mente de la gente, hemos decidido preguntar a cinco dietistas especialistas en salud intestinal cómo definirían un intestino sano.

Pero antes de pasar a sus respuestas, nos gustaría presentarlas. Andrea Hardy es una dietista de Calgary (Canadá); Paula Crespo es profesora de la Universidad Europea Miguel de Cervantes y dietista en el Departamento de Nutrición y Dietética del Hospital Campo Grande de Valladolid (España); Kate Scarlata es una dietista basada en Boston (Estados Unidos) titular de un Máster en Salud Pública; Megan Rossi es una dietista-nutricionista establecida en Inglaterra con un Doctorado en Salud Intestinal, fundadora de The Gut Health Clinic (La Clínica de la Salud Intestinal); y Mariana Camarena es nutricionista en Ciudad de México y directora y fundadora de Nutrición Activa.

 

¿Cómo definirías la salud intestinal?

Andrea Hardy: Salud intestinal significa sacar el máximo provecho del intestino que tenemos. Se puede aspirar a un intestino sano incluso cuando se padece un trastorno funcional o estructural. Más que una definición o criterio concretos, cosa de la que no disponemos en la actualidad, tenemos que centrarnos en cuidar de nuestro intestino alimentando a nuestros microbios intestinales, tratando cualquier síntoma gastrointestinal que podamos tener y facilitando una digestión normal. ¡Todo esto contribuirá a un intestino sano!

Mariana Camarena:  La salud intestinal es un término cada vez más utilizado por médicos, profesionales de la salud y muchas otras personas, pero que es difícil de definir porque resulta complicado de evaluar. Se refiere a un estado de bienestar físico y mental que se alcanza gracias a la ausencia de molestias gastrointestinales y muchos otros síntomas incómodos para el paciente, que requerirá la ayuda de un profesional sanitario.

 

¿Podrías darnos tres criterios esenciales que diferencien un sistema gastrointestinal sano de uno en mal estado?

Kate Scarlata: Los tres principales indicadores serían:

  • Una digestión y absorción de nutrientes efectivas.
  • Ninguna enfermedad gastrointestinal activa.
  • Un equilibrio favorable de la microbiota intestinal.

Paula Crespo: Los tres principales indicadores y rasgos comunes de un intestino perturbado son:

  • Un estómago alterado: hinchazón, flatulencias, diarrea, estreñimiento y acidez.
  • Intolerancias alimentarias secundarias (sin etiología clara): pruebas recientes han revelado que las intolerancias alimentarias podían ser provocadas por una gran cantidad de bacterias de poca calidad o una cantidad reducida de bacterias beneficiosas en el intestino.
  • Síntomas generales poco claros y no vinculados a una enfermedad, como: cambios de peso no deseados, trastornos del sueño, fatiga constante sin ninguna etiología específica.

 

¿Por qué es importante cuidar de la salud digestiva para la salud y el bienestar en general?

Megan Rossi: La buena salud intestinal se ha vinculado con la salud de prácticamente todos los órganos del cuerpo, incluidos corazón, piel y cerebro. Una de las principales razones por la que la salud intestinal es tan determinante es porque el 70% de las células inmunitarias se encuentran en el tracto digestivo. Por tanto, parece razonable suponer que la buena salud del intestino ayudará a estar enfermo menos a menudo, y tener un riesgo menor de alergias y de enfermedades autoinmunes. Asimismo, nuestro organismo contiene en el tracto digestivo billones de microbios —incluidas las bacterias— increíblemente poderosos que desempeñan miles de funciones para cuidar de nosotros diariamente.

«La buena salud intestinal se ha vinculado con la salud de prácticamente todos los órganos del cuerpo, incluidos corazón, piel y cerebro.» Megan Rossi

Paula Crespo: Está ampliamente documentado que tener una gran variedad de bacterias beneficiosas en el intestino puede reforzar las funciones del sistema inmunitario. Estas bacterias podrían mejorar los síntomas de la depresión y reducir la obesidad tras varios intentos infructuosos mediante dietas hipocalóricas, además de aliviar la inflamación en ciertas enfermedades crónicas. Por otra parte, la microbiota participa en la captación y almacenamiento de energía, así como en diversas funciones metabólicas como la fermentación y absorción de los carbohidratos no digeridos, necesario para el adecuado funcionamiento del cuerpo.

Andrea Hardy: Sabemos hoy que por medio de la microbiota intestinal nuestra salud digestiva influye en nuestro sistema inmunitario, la aparición de enfermedades crónicas e incluso la salud mental y emocional. La barrera intestinal desempeña un papel clave en esto, actuando como un guardián y previniendo que ninguna molécula patógena penetre o interactúe de forma inadecuada con el sistema inmunitario. Se ha observado en diversas investigaciones un deterioro de la barrera intestinal durante las enfermedades crónicas, lo cual provoca la inflamación y la activación errónea del sistema inmunitario. Un ejemplo perfecto sería la enfermedad celíaca, en la que la barrera intestinal se debilita y los pacientes experimentan la activación errónea de su sistema inmunitario y de la inflamación. Cuando cuidamos de nuestro sistema gastrointestinal, podemos mejorar la función de la barrera intestinal y aprovechar sus efectos protectores.

Mariana Camarena: La salud intestinal es la puerta a la integridad de la salud en general. Tal y como aseguró Hipócrates hace más de 2.000 años, “La enfermedad comienza en el intestino.” Basándonos en esta premisa, si tenemos en cuenta todos los estudios sobre la correlación entre numerosas enfermedades metabólicas e inflamación intestinal, desde mi óptica de nutricionista, yo catalogaría a la salud intestinal como la base del tratamiento de cualquier enfermedad. Esto se explica porque la salud intestinal cubre numerosos aspectos del tracto gastrointestinal, desde la digestión y la absorción de nutrientes a un sistema inmunitario eficaz, entre otros.

«Desde mi óptica de nutricionista, yo catalogaría a la salud intestinal como la base del tratamiento de cualquier enfermedad.» Mariana Camarena

El intestino alberga billones de bacterias que influyen en nuestra salud, ya sea de forma positiva o negativa. Todo dependerá de la cuantía y del tipo de bacterias presentes en el intestino, es decir de su microbiota intestinal, único para cada persona. Por eso cuando hablamos de salud intestinal, tenemos que hablar de microbiota intestinal y de la manera en que esta responde a la dieta, el estrés, la medicación y muchos otros factores que pueden manipular el metabolismo. DE ahí la necesidad de personalizar cada dieta, priorizando la salud intestinal en el tratamiento.

En conclusión, cuidar de nuestra salud intestinal significa cuidar de la salud de prácticamente todo nuestro cuerpo, desde nuestro intestino a nuestro sistema inmunitario y nuestro estado de ánimo. A pesar de su relevancia, no existe un criterio único para definir un intestino sano. Según las dietistas especializadas en salud intestinal a las que hemos entrevistado, un intestino sano puede percibirse como un intestino tranquilo, libre de trastornos gastrointestinales activos, intolerancias alimentarias desconocidas y con un microbioma intestinal equilibrado y una barrera intestinal reforzada capaz de mantener a raya los síntomas digestivos.

 

Nota: las respuestas originales han podido ser editadas para adecuar el estilo y la longitud.