Por qué los hongos intestinales son esenciales para la salud del intestino
La microbiota intestinal está compuesta principalmente por bacterias, pero también incluye arqueas, virus, hongos, protistas y helmintos. Aunque las bacterias son los microorganismos más abundantes, los hongos intestinales también desempeñan una función importante para la salud de la microbiota intestinal. El conjunto de todos los hongos que viven en el intestino y su genoma se denomina micobioma intestinal.
Investigaciones recientes han revelado que este micobioma se adquiere al menos parcialmente de la madre, pero también se encuentra en el entorno y la comida, y es importante para la salud de los sistemas digestivo e inmunitario.
Saccharomyces cerevisiae y Candida albicans son los hongos más abundantes en el tracto gastrointestinal de los humanos adultos sanos, y participan en lo siguiente:
- Entrenamiento del sistema inmunitario
- Absorción de nutrientes y metabolismo
- Protección contra microorganismos dañinos
- Mantenimiento de la salud del intestino trabajando conjuntamente con las bacterias
Una de las formas en las que los hongos residentes en el intestino contribuyen a mantener la salud y protegen contra enfermedades digestivas (por ejemplo, las enfermedades inflamatorias intestinales) y extradigestivas (por ejemplo, la fibrosis quística) es interactuando con el eje intestino-cerebro.
Cómo mantienen la salud las comunidades de hongos del intestino interactuando con el eje intestino-cerebro
Los hongos intestinales interactúan con las bacterias y el eje intestino-cerebro de tres formas principales:
- Células del sistema inmunitario presentes en el intestino:
S. cerevisiae y C. albicans permiten un desarrollo correcto de la homeostasis inmunitaria del huésped. Sin embargo, puede darse una sobreactivación de componentes inmunitarios antifúngicos (por ejemplo, algunos pacientes con enfermedad de Crohn tienen mayores niveles de anticuerpos contra el comensal S. cerevisiae).
Las interacciones entre el micobioma intestinal y el sistema inmunitario del huésped también afectan a órganos que, aparentemente, no están conectados con el intestino. Por ejemplo, una composición alterada del micobioma intestinal está relacionada con la gravedad de la alergia respiratoria.
- Neurotransmisores y otros metabolitos derivados de los hongos:
Algunos informes preliminares sugieren que los hongos pueden sintetizar neurotransmisores que pueden dar forma a la función cerebral (por ejemplo, la norepinefrina) e incluso a los ciclos de apetito y sueño-vigilia (por ejemplo, la histamina). La fermentación de la levadura también puede producir ácidos grasos de cadena corta que pueden llegar al cerebro con la sangre.
También puede suceder lo contrario. Algunos neurotransmisores producidos por el huésped afectan al equilibrio de los hongos intestinales.
- Interacciones entre hongos y bacterias:
Los hongos intestinales son importantes para el equilibrio de las bacterias, por lo que afectan a la composición y las funciones del microbioma. Los resultados obtenidos en ratones han demostrado que, cuando las bacterias intestinales están alteradas después de un tratamiento con antibióticos, este desequilibrio puede mitigarse en parte administrando hongos exógenos como Candida albicans o S. cerevisiae.
Efectos de un micobioma intestinal alterado en la salud y la enfermedad
Estudios publicados en los 10 últimos años también han descubierto que las alteraciones de las comunidades de hongos intestinales están asociadas a trastornos metabólicos (por ejemplo, la obesidad y la diabetes) y neurológicos (por ejemplo, la enfermedad de Parkinson).
En el contexto de los trastornos de la interacción intestino-cerebro (antes conocidos como trastornos funcionales intestinales), se ha encontrado una mayor abundancia relativa de la levadura Candida albicans, considerada un comensal del intestino, en pacientes con síndrome de intestino irritable.
Un posible mecanismo sugerido para explicar la función del micobioma intestinal en el síndrome de intestino irritable incluye la activación mastocitaria en situaciones de estrés, que causa una liberación de histamina y triptasa que, por último, ocasiona disfunción de barrera e hipersensibilidad visceral y, por consiguiente, dolor abdominal.
En general, estos hallazgos sugieren que algunos hongos específicos pueden tener un efecto de gran alcance sobre el intestino a nivel sistémico y sobre el eje intestino-cerebro. Aunque es demasiado pronto para saber si un micobioma intestinal alterado es la causa o la consecuencia, estos hallazgos destacan una vinculación entre la disbiosis del micobioma intestinal y el desarrollo de enfermedades.
Observaciones finales
Además de las bacterias, los hongos intestinales también desempeñan una función para mantener el eje microbioma-intestino-cerebro en buena forma. Entre las formas más estudiadas en las que el microbioma intestinal se comunica con el cerebro se incluyen los neurotransmisores, el sistema inmunitario intestinal y los metabolitos derivados de los microbios.
A pesar de que la mayor parte de la investigación se ha centrado en las bacterias intestinales, recientes hallazgos destacan que los hongos intestinales también son importantes en la maduración y el correcto funcionamiento del eje intestino-cerebro y pueden tener un efecto de gran alcance sobre el intestino a nivel sistémico.
Aunque es demasiado pronto para saber si un micobioma intestinal alterado es la causa o la consecuencia de las enfermedades, los hongos emergen como un posible objetivo en la prevención y el tratamiento de enfermedades digestivas e incluso neurológicas.
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