Pregunte a sus abuelos si cuando eran pequeños oían a menudo hablar de alergia a la leche o a los cacahuetes. Seguro que le contestan que no. La incidencia del asma también era prácticamente anecdótica por aquella época. Sin embargo, hoy todos conocemos a alguien con asma o dermatitis atópica. Las alergias son cada vez más frecuentes y tras múltiples intentos infructuosos de encontrar la causa, por fin recientemente unas investigaciones han conseguido identificar un elemento determinante: la microbiota.
Como ya lo hemos explicado en este blog, la microbiota intestinal es para el sistema inmunitario lo que un coach para un deportista: un entrenador. Por tanto, cualquier alteración de la composición de nuestra microbiota intestinal puede acarrear consecuencias. Pero ¿cómo? ¿Cuáles son los factores clave que influyen en esta relación entre microbios y salud? ¿Es posible restaurar la funcionalidad de nuestra microbiota intestinal y mejorar la respuesta inmunitaria de nuestro sistema inmunitario? Estas son algunas de las preguntas que se han planteado los investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y del Hospital Clínic de Barcelona. Para encontrar las respuestas, han analizado la literatura científica sobre los vínculos entre microbiota intestinal y enfermedades alérgicas, publicada entre 1989 y 2017.
A continuación, resumimos lo que han estimado que se puede considerar probado sobre la relación entre microbiota intestinal y alergia. En primer lugar, que el modo de nacimiento influye sobre el establecimiento de la microbiota intestinal en el recién nacido. Los nacimientos por cesárea o vaginales pueden acarrear diferencias significativas en la composición de esta comunidad bacteriana. Los investigadores españoles han constatado que en los niños nacidos por cesárea, ciertas especies de bacterias son menos numerosas en comparación con aquellos nacidos vaginalmente. Estas diferencias en la composición de la microbiota intestinal estarían vinculadas a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas y asma.
La exposición a los antibióticos es una de las principales causas de desequilibrios en la microbiota intestinal, aunque actualmente se sabe que estos desequilibrios están ligados a diversos problemas de salud
En segundo lugar, que la alimentación es un factor clave en la prevención de la aparición de alergias. La lactancia materna favorece la colonización de bacterias beneficiosas como Lactobacilos y Bifidobacterias, cuyos nombres le resultarán sin duda familiares. La leche materna contiene, por ejemplo, oligosacáridos, unos carbohidratos complejos que constituyen el alimento principal de la microbiota intestinal. Contribuyen asimismo al mantenimiento de una comunidad bacteriana equilibrada, capaz de entrenar al sistema inmunitario. Tras el destete, la composición de la microbiota intestinal de los bebés cambia: esta se diversifica y algunos estudios han puesto de manifiesto la importancia de optar por una dieta rica en fibra, y así seguir nutriendo las bacterias beneficiosas.
Por último, tal y como recalca Pérez-Gordo, se ha demostrado que la exposición a los antibióticos es una de las principales causas de desequilibrios en la microbiota intestinal. Sin embargo, actualmente se sabe que estos desequilibrios están ligados a diversos problemas de salud. Existen pruebas sólidas de que la toma de antibióticos por la madre durante el embarazo aumenta el riesgo de alergias en el recién nacido. La toma de antibióticos por el recién nacido durante el primer mes de vida también ha sido vinculada a la alergia a la leche de vaca más adelante en la vida.
Los científicos españoles han llegado a la conclusión de que pueden administrarse probióticos, prebióticos o simbióticos para restaurar la microbiota intestinal
Desafortunadamente, no siempre podemos decidir acerca del modo de nacimiento, la lactancia o incluso la toma de antibióticos. Es el caso de la otitis, por ejemplo, tan frecuente en bebés, que tiene un origen bacteriano y debe por tanto tratarse con antibióticos. Sin embargo, podría contemplarse la opción de utilizar probióticos para contrarrestar los efectos secundarios de los antibióticos. Los científicos españoles han llegado a la conclusión de que pueden administrarse probióticos, prebióticos o simbióticos, (una mezcla de prebióticos y probióticos), para restaurar la microbiota intestinal, o incluso para reforzar el sistema inmune contra las alergias.
Artículo:
Pascal M, Pérez-Gordo M, Caballero T et al. Microbiome and Allergic Diseases. Frontiers in Immunology. 2018 ; DOI=10.3389/fimmu.2018.01584