El proceso de fermentación y producción de ácidos grasos de cadena corta

Probablemente habrá oído hablar de los beneficios para la salud de una dieta alta en fibra, pero ¿sabes cómo se obtienen esos beneficios?  En realidad, el huésped es incapaz de absorber las fibras dietéticas, presentes principalmente en frutas, verduras, cereales y legumbres y estas acaban llegando al colon, donde son fermentadas (consumidas) por las bacterias intestinales.  Estas bacterias prosperan con el acceso a estos sustratos y liberan compuestos beneficiosos conocidos como ácidos grasos de cadena corta (AGCC), pero también gases que pueden producir hinchazón.

En primer lugar, el contenido de fibra influye en la consistencia de las heces y el tiempo de tránsito.  Además, al liberar CO2 y otros gases, el proceso de fermentación en sí mismo hace que el ambiente intestinal se vuelva más anaeróbico (con menos oxígeno) e inhibe el crecimiento de patógenos que prosperan en un ambiente aeróbico (rico oxígeno).

 

Los AGCC y sus beneficios para la salud intestinal

Alrededor del 90% al 95% de los AGCC son absorbidos por el organismo y el 5% al 10% restante alimenta a otras bacterias antes de ser eliminado en las heces. Los tres AGCC producidos principales son el acetato, el propionato y el butirato, en una proporción de 60:20:20 en el intestino grueso, siendo el butirato el que más se ha estudiado.

Los AGCC, como su nombre indica, vuelven el ambiente del colon más ácido. Ese pH bajo favorece el crecimiento de microorganismos beneficiosos, a la vez que previene la colonización por agentes patógenos y mejora la absorción de minerales como el hierro. Asimismo, el ambiente ácido resultante de la producción de AGCC disminuye la cantidad de ácidos biliares secundarios, que como bien es sabido, acarrean efectos nocivos para la salud intestinal.

Los AGCC proporcionan energía a las células del colon al tiempo que les ayudan a regenerarse y a mantener una impermeabilidad óptima de la barrera intestinal. De hecho, el butirato estimula la formación de uniones intercelulares estrechas, haciendo que se las células se aprieten unas contra otras, lo cual mejora  la impermeabilidad del intestino.

El butirato también ayuda en la formación de la mucosa, una barrera protectora similar a un gel que se encuentra sobre las células intestinales y las protege de los agentes patógenos. Esta mucosa también constituye un hábitat y fuente de alimento para las bacterias beneficiosas.

El butirato también tiene propiedades muy beneficiosas.  Por ejemplo, regula la respuesta inflamatoria del cuerpo y actuando como una molécula antiinflamatoria, lo cual es esencial ya que la inflamación permanente desempeña un papel importante en el desarrollo de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes.  Por otra parte, se ha constatado que el butirato frena la proliferación e induce la muerte de las células cancerosas, lo que indica que podría tener efectos anticancerígenos. Asimismo, el butirato puede mejorar la eficacia de los tratamientos relacionados con el cáncer, como la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia.

 

Otros metabolitos microbianos además de los ácidos grasos de cadena corta

Además de los AGCC, la microbiota intestinal secreta gran variedad de compuestos. Algunos microorganismos secretan vitaminas como la K y la B12, mientras que otras bacterias que se alimentan de proteínas sobrantes producen neurotransmisores, unas pequeñas moléculas que interactúan con el sistema nervioso.   Se ha demostrado que el triptófano, que se encuentra  en alimentos ricos en proteínas como el pollo magro, el pescado, los huevos, el tofu, la avena, nueces y semillas, tiene  propiedades similares al butirato y es capaz de regular la inflamación y la barrera intestinal.   Y a través de ese alimento rico en proteínas, la microbiota intestinal puede producir ácidos grasos ramificados, aunque aún es pronto para saber si son beneficiosos o perjudiciales para la salud intestinal.

En conclusión, la microbiota intestinal produce multitud de metabolitos útiles que fomentan no solo la salud intestinal, sino también la salud en general.  Nunca insistiremos lo suficiente en que una dieta saludable  rica en frutas y verduras es nuestro mejor aliado para cuidar de nuestra salud.

 

 

Referencias:

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