Durante los últimos 15 años, infinidad de estudios han arrojado luz sobre los efectos beneficiosos de algunos microorganismos, como el género Lactobacilli o Bifidobacteria, comúnmente presentes, por ejemplo, en los lácteos fermentados. En general, lo que los científicos han sacado en claro durante el último decenio es que para mantenerse en buena salud, la microbiota intestinal tiene que ser equilibrada, rica y diversificada.

Para comprobar que así sea, tal y como ya hemos explicado en este blog, es posible comprar en línea sencillos kits de análisis de microbiota fecal que ofrecen resultados rápidos sobre la salud a través de muestras de heces y nos permiten saber más acerca de nuestra microbiota intestinal.

Pero ¿qué información aportan? ¿Sabe el público en general cómo interpretarlos?

¿Pueden estos análisis ayudar a los médicos en su práctica diaria? ¿Quién debería hacer un análisis de heces y quién debería prescribirlo?

Para contestar a todas estas preguntas y hablarnos de los análisis de heces y de microbiota y así saber más sobre estos y sus límites, hemos entrevistado a tres expertos de este ámbito con diferentes opiniones: Andrea Hardy, dietista de Calgary (Canadá); Fernando Azpiroz, gastroenterólogo en el Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona; y Joël Doré, Director de investigación en el INRAE (el instituto francés para la investigación de la agricultura, la alimentación y el medio ambiente).

 

¿Qué pueden aprender los profesionales de la salud de estas pruebas?

Joël Doré: Este campo aún está en sus inicios y no forma parte del programa de los estudios de medicina. Lo que significa que los profesionales de la salud saben más acerca del microbioma por lo que leen en las publicaciones científicas, libros, encuentros entre científicos, cursos en línea masivos y abiertos (MOOC) y la web Gut Microbiota for Health que por su formación médica. Esto va cambiando poco a poco, pero los conocimientos científicos avanzan tan rápido que es difícil adaptar los programas académicos a la misma velocidad.

Fernando Azpiroz: Para los profesionales de la salud, estas pruebas no son de ninguna utilidad. Hoy por hoy, solo son útiles para la investigación. Es más, los laboratorios que pueden realizar los análisis de forma adecuada e interpretar correctamente las complejas estadísticas son escasos. No se trata de descubrir la presencia de una bacteria concreta o de un grupo de bacterias. La microbiota intestinal es un ecosistema. Podría ser de tipo mediterráneo, tropical o desértico. Lo importante es su estabilidad. Un ecosistema mediterráneo no es mejor que uno tropical, simplemente funciona de manera diferente.

 

Además de ofrecer un perfil de la microbiota intestinal, ¿pueden estas pruebas aportar información, por ejemplo, sobre nuestro metabolismo?

Joël Doré: ¡Sí! A pesar de todas las limitaciones previamente mencionadas, la mayoría de las técnicas nos darán una indicación del tipo de microbiota y podrían sacar a la luz ciertos géneros o incluso especies de bacterias conocidas por sus funciones y contribuciones a la salud. La inferencia de la producción de metabolitos beneficiosos o nocivos puede ser complicada, pero algunos de esos metabolitos pueden analizarse directamente.

Andrea Hardy: Que unas bacterias estén presentes no significa que funcionen. Cuanto más descubrimos acerca de la microbiota intestinal, más evidente resulta que la actividad conjunta de las bacterias actuando como un ecosistema influye sobre la salud. Si bien la presencia de bacterias y sus metabolitos es interesante, no podemos establecer recomendaciones de salud mientras no entendamos completamente las implicaciones de dichos marcadores. Otra cosa que me preocupa es que muchos de los kits de análisis comercializados fundamentan sus recomendaciones en estudios animales, lo cual es un buen inicio para la investigación, pero no es suficiente para hacer recomendaciones humanas.

 

En este sentido, ¿se puede esperar usar los análisis de heces para la práctica médica profesional en el futuro para medir algunos marcadores y adaptar los consejos para los pacientes?

Joël Doré: Esto sin duda llegará con algunos años más de investigación y una verificación clara de su utilidad en diferentes cuadros clínicos. La riqueza del microbioma, por ejemplo (su biodiversidad, en cierta medida) se ha documentado a menudo como un indicador relevante de un estado de buena salud, como en los ecosistemas naturales. Para las recomendaciones sobre dieta y estilo de vida no es necesario un análisis de heces, excepto, quizás, para obtener pruebas de su impacto.

Para ir un poco más allá, como somos microbianos, lo que realmente importa es la calidad de las interacciones entre nuestra microbiota y nuestras células y órganos: nuestro intestino, pero también nuestros músculos, hígado o cerebro. En mi opinión, en el futuro, el campo de los análisis se ampliará a la evaluación de la calidad de estas interacciones huésped-microbio.

Andrea Hardy: ¡Eso espero! Creo que es mucho más fácil usar la microbiota intestinal para predecir la respuesta a la glucosa en sangre en una población que para un análisis general de presencia de bacterias o metabolitos y que eso se irá aplicando a la práctica a medida que salgan nuevos datos. En conclusión: Para que estas pruebas resulten útiles para la asistencia sanitaria, se necesitan datos que respalden que con esas pruebas y aplicando cambios basados en esas pruebas se obtiene mejores resultados que con la terapia nutricional tradicional. En caso contrario, estas pruebas serían inútiles.