Cuando nos duele el estómago, solemos pensar automáticamente en lo que hemos comido. No es por tanto de extrañar que cada vez más personas con trastornos digestivos busquen en la alimentación la solución a sus síntomas. Precisamente, la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO) ha publicado una nueva guía con recomendaciones prácticas sobre el intestino y la alimentación, que recaba las informaciones disponibles actualmente sobre intervenciones alimentarias para el manejo de las enfermedades gastro-intestinales. Esta herramienta tiene por objetivo informar a los médicos de los avances en intervenciones alimentarias que puedan contribuir a tratar los síntomas intestinales y mejorar  la comprensión de su impacto en la microbiota intestinal.

La WGO propone que sus recomendaciones tengan un enfoque que se adapte a los sistemas sanitarios y a las culturas de los diferentes países

Consciente de que el acceso a los cuidados varía en función de las zonas, la WGO propone en sus recomendaciones estrategias prácticas de intervención diferentes según los medios disponibles. No se trata por tanto de un enfoque único, sino que se adapta a los sistemas sanitarios y a las culturas de los diferentes países. Este nuevo documento presenta además estrategias de manejo del síndrome del intestino irritable (SII), de la intolerancia a los carbohidratos (como en el caso de la lactosa), de la enfermedad inflamatoria intestinal, de la enfermedad diverticular y del cáncer colorrectal.

La importancia de la fibra alimentaria

La fibra constituye el elemento clave de las estrategias esenciales de tratamiento de numerosas enfermedades del intestino y desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de una microbiota intestinal sana. Sin embargo, la gran mayoría de individuos, de cualquier población, consume mucha menos fibra de la recomendada. El objetivo de estas nuevas recomendaciones de la WGO, « Diet & the Gut.» (Dieta e intestino), es ayudar a reducir estas carencias, asegurando el tratamiento de los síntomas intestinales.

Las estrategias para aumentar la ingesta de fibra incluyen el consumo de alimentos de origen vegetal, como la verdura, la fruta, los cereales integrales y las legumbres, o en algunos casos, de suplementos de fibra. Teniendo en cuenta que la mayoría de los individuos no alcanzan los aportes de fibra diarios recomendados, esta necesidad de aumentar el consumo de fibra atañe a todo tipo de poblaciones.

Si bien la fibra constituye la esencia del manejo de las diversas enfermedades gastro-intestinales, ciertas circunstancias justifican que se recurra a una dieta pobre en fibra o a una modificación del tipo de fibra ingerida. En este sentido, las nuevas recomendaciones de la WGO incluyen consejos acerca de la dieta baja en FODMAP, así como un capítulo dedicado a posibles intervenciones alimentarias para el SII.

Cabe recalcar que en su guía, la WGO hace hincapié en la necesidad de que los médicos recurran, siempre que sea posible, a los servicios de profesionales de la nutrición para evaluar el estado nutricional del paciente, informarle acerca de los nuevos regímenes disponibles y controlar su evolución.

Estamos completamente de acuerdo. Tal y como se lo explicábamos hace unas semanas, los nutricionistas y los dietistas pueden desempeñar el papel de embajadores de la salud intestinal y ayudarnos a cuidar de nuestro intestino y de nuestra microbiota.

 

 

Referencias:

World Gastroenterology Organisation (WGO) Global Guidelines. Diet & the Gut. (Makharia et al., 2018). Extraído de: www.worldgastroenterology.org/UserFiles/file/guidelines/diet-and-the-gut-english-2018.pdf