Una explicación para los episodios repetidos de dolor abdominal, hinchazón, diarrea o estreñimiento puede estar en el intestino delgado
El SII es el trastorno gastrointestinal que se diagnostica con más frecuencia. Los pacientes que presentan esta fastidiosa afección refieren dolor abdominal, malestar, hinchazón y distensión sin una explicación aparente en la exploración médica. El SII se considera un trastorno funcional desde hace mucho tiempo, lo que significa que es una afección sin causas identificables ni signos visibles de daño en el tracto digestivo. Sin embargo, la Rome Foundation ha cambiado recientemente la clasificación del SII a un trastorno de interacción intestino-cerebro tras reconocer la relación entre las alteraciones digestivas centrales (por ejemplo, los problemas psicológicos, como el estrés y la ansiedad) y las periféricas (por ejemplo, un aumento en la percepción del dolor en el intestino) en la mayoría de pacientes con SII.1
Más allá de la implicación de la disbiosis del colon en el SII, el hecho de que los síntomas aparezcan, principalmente, en el plazo de 1 hora desde la ingesta de la comida sugiere que el intestino delgado también interviene en su aparición y desarrollo.2
Se ha pasado por alto el intestino delgado, sobre todo, debido a las dificultades técnicas a la hora de acceder a él y estudiarlo. Sus principales funciones son la digestión del alimento y la absorción de nutrientes, que pasan a la corriente sanguínea. Cabe destacar que cerca del 70 % de las células inmunitarias del organismo se encuentran en el intestino delgado, conformando estructuras que, en conjunto, se llaman «tejido linfoide asociado al intestino» (GALT, por su sigla en inglés). El intestino delgado también tiene su propia microbiota, pero presenta una diversidad y densidad más bajas en comparación con la del colon.3, 4
El modo en que las alergias alimentarias atípicas del intestino se asemejan a los síntomas del SII
Un subconjunto de pacientes con SII manifiesta con frecuencia que sus síntomas asociados al dolor abdominal comienzan en el momento de contraer una infección gastrointestinal, que puede desencadenar una reacción alérgica localizada en el intestino. Es una de las primeras observaciones que relacionó el sistema inmunitario intestinal y las comunidades microbianas circundantes con el SII.5
Se ha descubierto que una infección en el tracto digestivo puede perturbar temporalmente la barrera intestinal, lo que permite que alimentos inocuos penetren y activen las células inmunitarias que están por debajo de la capa de células que recubre el intestino. Los hallazgos en 12 pacientes con SII mostraron que, cuando se inyectaron alérgenos alimentarios como el gluten, el trigo, la soja o la leche en el recto, todos los pacientes tuvieron una reacción localizada a uno o varios alérgenos.6 De manera semejante, el 61 % de pacientes con SII que respondieron negativamente a los antígenos alimentarios de las pruebas de alergias alimentarias clásicas reaccionaron al trigo cuando se les monitorizó el duodeno en tiempo real a través de tecnología de imagen endoscópica. Estos pacientes también tuvieron un índice cuatro veces mayor de padecer enfermedades atópicas y permeabilidad intestinal alterada. No obstante, los síntomas del SII se redujeron al excluir de la dieta productos con trigo.7
Contrariamente a la creencia común de que el SII es solo «funcional», estos hallazgos sugieren que los pacientes con dicha dolencia podrían presentar alteraciones en el intestino a escala microscópica en las que participan un elevado número de mastocitos, que también pueden ser más reactivos y son los responsables de iniciar una respuesta alérgica en el intestino y provocar así dolor abdominal. Esta alergia intestinal no es como las alergias alimentarias clásicas, que pueden producir urticaria y otras respuestas inmunitarias en todo el organismo.
¿Qué alimentos se deberían evitar y cuáles son las terapias calmantes más útiles?
Las dietas para mejorar los síntomas relacionados con las comidas deberían ser lo menos restrictivas posible al tiempo que permitan controlar los síntomas. Los pacientes con SII pueden minimizar los síntomas evitando aquellos alimentos que parezcan provocarlos. Aunque no existe una dieta válida para todos, a continuación se resumen las terapias dietéticas más investigadas, que deberían adaptarse a las necesidades de cada paciente con la supervisión de personal nutricionista especializado en gastroenterología.8-15
Recuerde que las dietas de eliminación personalizadas basadas en análisis de sangre para detectar sensibilidad alimentaria que miden la activación leucocitaria o IgG/IgG4 no son útiles a la hora de decidir los alimentos que se deben incluir o excluir en casos de SII.
El hecho de comer regularmente y de dedicarle tiempo a la comida es el mejor plan para mejorar la digestión. A continuación, se presentan algunas estrategias:8, 9
- Consumir las comidas habituales (tres comidas al día y uno o dos tentempiés, en función del nivel de hambre de cada persona).
- Sentarse a comer.
- Masticar bien los alimentos.
- Dedicar tiempo a comer.
- Evitar saltarse comidas.
- Mantener la hidratación al beber agua y bebidas sin cafeína, preferiblemente tibias o incluso calientes10 (como mínimo, beber ocho vasos de 240 ml al día, sobre todo si se tiene propensión a la diarrea).
- La fibra soluble (por ejemplo, la de la avena) puede calmar los síntomas del SII, mientas que la insoluble (como la del salvado de trigo) empeora el dolor abdominal y la hinchazón.
Reducir los siguientes alimentos si se cree que pueden ser activadores:8, 9
- Alimentos grasos
- Alimentos picantes
- Alcohol
- Cafeína
Dieta baja en FODMAP:11 Consiste en eliminar los alimentos ricos en FODMAP y, después, volver a introducirlos lentamente, uno de cada vez, para determinar la tolerancia personal (no es la primera dieta de referencia para todos los pacientes con SII).
- Los FODMAP son carbohidratos de cadena corta con mala absorción y que contribuyen a la distensión abdominal debido a un aumento del contenido de agua en el intestino y la fermentación en la microbiota.
- Estos carbohidratos también pueden causar disbiosis intestinal, aumentar la inflamación de la mucosa y activar áreas del cerebro relacionadas con el dolor.
Intolerancia al gluten frente a los fructanos:9, 12, 13
- El gluten pueden producir dolor abdominal en algunos pacientes con SII a través de alteraciones en el sistema inmunitario y el microbioma intestinal.
- Hallazgos recientes sugieren que los fructanos fermentables (un tipo de FODMAP) encontrados en el trigo, más que el gluten, son los que más probablemente estén implicados en los síntomas del SII.
- Otros componentes del trigo, como la aglutinina del germen de trigo y los inhibidores de la amilasa tripsina, parecen tomar parte tanto en los síntomas intestinales como extraintestinales.
Dieta baja en antígenos alimentarios (por ejemplo, leche o trigo):1
- Los alimentos ricos en FODMAP también contienen sustancias que actúan como antígenos alimentarios, que activan respuestas inmunitarias en el intestino de los pacientes con SII (gluten, inhibidores de la amilasa tripsina y proteína de la leche de vaca).
- Es posible que las alergias alimentarias mediadas y no medidas por IgE expliquen los síntomas semejantes a los del SII en un subconjunto de pacientes; el trigo es uno de los antígenos alimentarios más estudiados.
El papel de la intolerancia a la histamina:1, 9
- Casi el 60 % de los pacientes con SII identifican como activadores de síntomas digestivos a alimentos que contienen histamina (por ejemplo, algunas frutas y verduras, pescados azules, quesos madurados, alcohol, frutos secos, huevos, carnes curadas y chocolate).
- No se ha estudiado lo suficiente el papel de las dietas bajas en histamina en pacientes con SII.
Dieta baja en salicilatos:1, 9
- La ingestión de químicos alimentarios por encima del umbral para padecer síntomas de cada persona es un posible activador de los síntomas del SII.
- Aunque es posible que las personas sensibles a químicos se beneficien de dietas bajas en alimentos que contengan químicos, la reducción natural de salicilatos en la dieta no mejoró los síntomas digestivos en comparación con una dieta equilibrada con alto contenido en salicilatos.
Probióticos y prebióticos:13, 14
- Es posible que ciertas combinaciones de probióticos mejoren los síntomas del SII, pero los hallazgos son limitados y la evidencia de su eficacia es baja a muy baja.
Aparte de la dieta, las terapias cognitivo-conductuales, como las técnicas de relajación y el yoga16, y el ejercicio vigoroso de tres a cinco días a la semana17 también pueden reducir los síntomas físicos y psicológicos. Otra técnica calmante para mejorar la salud y los síntomas digestivos en general, y que empieza a ser investigada,es la respiración diafragmática. Al inspirar lentamente por la nariz, el diafragma se contrae y provoca que el vientre ascienda. Después, al exhalar lentamente por la boca, el diafragma se retrae y regresa a su forma abovedada natural.
Referencias:
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