¿Por qué es importante la dieta para mantener fuertes nuestras defensas inmunitarias?

El sistema inmunitario trabaja para defender nuestro cuerpo de organismos patógenos como el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 así como de otros ataques, incluidos los de los contaminantes ambientales.  Sin embargo, también es importante que no reaccione negativamente a elementos inofensivos como la microbiota intestinal, los alimentos o los órganos del cuerpo.   Para garantizar que el sistema inmunitario funcione adecuadamente y nos proporcione una defensa eficaz contra los patógenos, nuestro cuerpo necesitará primero una buena fuente de nutrientes.

Philip Calder, profesor de inmunología nutricional de la Universidad de Southampton, ha explicado por correo electrónico a los editores de GMFH que los nutrientes clave para sustentar el sistema inmunológico incluyen vitaminas (la A, C, E, D, K y las B), minerales (como zinc, cobre, hierro, selenio, magnesio y manganeso), aminoácidos y ácidos grasos esenciales.

Cada vez son más las pruebas que avalan que la microbiota intestinal afecta a la respuesta inmunitaria del cuerpo y en particular, a sus respuestas a la inflamación

Cada vez son más numerosas las pruebas que avalan la teoría de que la microbiota intestinal afecta a la respuesta inmunitaria del cuerpo y en particular, a sus respuestas a la inflamación.  Como tal, los componentes de la dieta que fomentan una microbiota intestinal  diversificada y saludable también son importantes  para mejorar  la  respuesta inmunitaria del cuerpo, y en este ámbito, se ha prestado una atención especial  a los alimentos y suplementos con probióticos, fibras prebióticas y polifenoles vegetales y sus efectos positivos sobre el sistema inmunitario.

Además de la dieta, los factores que afectan al sistema inmunitario y a la susceptibilidad a la COVID-19 grave incluyen el envejecimiento — especialmente cuando los sujetos mayores son frágiles — la obesidad, la inactividad física y el estrés.

 

¿Existe una dieta en particular por la que optar que nos ayude a protegernos contra la COVID-19 grave?

Con una infección como la de COVID-19, para reaccionar contra el patógeno infeccioso, las células inmunitarias necesitan más nutrientes. En el contexto actual, prestar atención a la dieta también es importante debido a la tormenta inflamatoria desencadenada por la infección grave de COVID-19, que ha llevado a los científicos a investigar el potencial de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 en tal situación.

Si bien una buena ingesta de nutrientes es primordial para una buena función inmunitaria y defensiva contra los patógenos, ¿desempeña la dieta un papel relevante en la disminución de la susceptibilidad y la progresión de la COVID-19?

La respuesta es sí. De hecho, conviene centrarse en la dieta en su conjunto en lugar de  en nutrientes aislados, principalmente porque no se  han definido las cantidades específicas de nutrientes necesarias para una respuesta inmunitaria adecuada.  Además, los científicos han observado escasos resultados en la asociación entre nutrientes específicos o suplementos dietéticos y reducciones en el riesgo de COVID-19.

Dos estudios recientes enfatizan la importancia de la calidad de la dieta para la protección contra la covid-19 grave:

  • Un estudio, llevado a cabo con más de 600.000 usuarios del Reino Unido y de Estados Unidos de una aplicación para smartphones sobre los síntomas de COVID-19, que también recopilaba información nutricional, ha puesto de manifiesto que una dieta rica en alimentos vegetales saludables puede reducir tanto el riesgo como la gravedad de la COVID-19, particularmente en entornos con un menor nivel socioeconómico.
  • Del mismo modo, una encuesta en línea entre trabajadores de la salud de Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Estados Unidos con exposición sustancial a pacientes con COVID-19 ha revelado que las personas que afirmaron seguir dietas a base de vegetales o pescatarianas presentaron un menor riesgo de COVID-19 moderada a grave.

En opinión del profesor Calder,   la mejor dieta para reforzar el sistema inmunitario, «sería una basada en plantas, con mucha fruta, verduras, frutos rojos, frutos secos, semillas y legumbres, pero también una pequeña cantidad de alimentos de origen animal (por ejemplo, algo de carne magra, huevos, productos lácteos y pescado azul) para proporcionar los nutrientes difíciles de obtener en cantidades suficientes a partir de las plantas.”  Esta dieta es coherente con las consideradas generalmente saludables y también favorecería una microbiota intestinal saludable, especialmente si se incluyeran algunos alimentos fermentados.

 

¿Tiene la dieta un papel en la mejora de la eficacia de la vacuna para la COVID-19?

Con el actual programa de vacunación contra la COVID-19 en curso, es importante tener en cuenta que la baja ingesta de ciertos micronutrientes puede afectar a la respuesta vacunal.   Esto es particularmente cierto para las respuestas vacunales deficientes vinculadas a carencias de micronutrientes como la vitamina B6, la C, la D, el zinc o el hierro, lo cual es relevante en las personas de riesgo, incluidos los sujetos mayores frágiles o malnutridos.

Aunque estudios previos han demostrado que ciertas cepas probióticas  y prebióticas  pueden ayudar a mejorar la efectividad de las vacunas contra la gripe estacional en personas mayores, se desconoce si también es el caso para la de la COVID-19.  A la espera de los próximos ensayos clínicos que estudien el impacto de la microbiota intestinal y las estrategias dietéticas dirigidas al sistema inmunológico, un punto de partida positivo  sería el garantizar un buen estado nutricional y reservas de nutrientes que favorezcan  una defensa eficaz contra la COVID-19 y otros patógenos.

Cuando las deficiencias de nutrientes, especialmente los micronutrientes como la vitamina D, no se pueden cubrir solo con una dieta equilibrada, se puede contemplar  la suplementación con micronutrientes bajo la supervisión de un profesional de la salud.  En este sentido, para apoyar el buen funcionamiento del sistema inmunológico, un grupo de científicos ha recomendado ingestas mínimas de vitamina E, C y  D, así como de zinc, pero esto deberá ser validado mediante ensayos clínicos bien diseñados.

Como explica el profesor Calder:  «La vacunación es un desafío inmunológico al igual que la infección, y se requiere un sistema inmunológico que funcione bien para lograr una buena respuesta a la vacunación.  La ingesta de nutrientes de apoyo inmunológico y de componentes alimentarios que fomenten una microbiota intestinal diversificada y saludable es importante para obtener las mejores respuestas posibles a las vacunas.  Los nutrientes importantes para reforzar la respuesta inmunitaria a la vacunación incluyen las vitaminas A, C, D y E, las vitaminas B, hierro, zinc, cobre, selenio y otros minerales, y muy probablemente aminoácidos esenciales y ácidos grasos, aunque estos no aún no se han estudiado a fondo desde el punto de vista de la respuesta a la vacunación.»

 

 

Referencias:

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