Cerca del 25 % de las mujeres experimentan un trastorno psicológico durante el embarazo o tras el nacimiento. La depresión es el problema de salud más común, seguido por la ansiedad, y estos trastornos pueden tener un profundo impacto tanto en las mujeres como en sus hijos, dificultando el desarrollo del vínculo entre ambos.

Una diversidad reducida de la microbiota intestinal a edad temprana a un mayor riesgo de asma, alergias e incluso de trastornos metabólicos durante la infancia y la edad adulta

Según un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Radboud (Países Bajos), el sufrimiento psicológico materno tras el nacimiento puede influir en el desarrollo de la microbiota intestinal del niño y por tanto, en su salud en general. Los investigadores, que han publicado sus hallazgos en Frontiers in Microbiology, sugieren que la explicación podría encontrarse en la microbiota de la leche materna.

Los conocimientos actuales sugieren que los microorganismos presentes en el intestino materno migran a las glándulas mamarias, para llegar al tracto digestivo del bebé a través de la leche materna. Una vez allí, toman parte en la colonización del intestino del recién nacido, activando y estimulando (como si de un entrenamiento se tratara) el sistema inmunitario del bebé y contribuyendo a la maduración de su tracto intestinal.

Cuanto mayor sea la diversidad de las bacterias que pasan de la leche materna al recién nacido, mejor para su salud intestinal. De hecho, una composición microbiana menos diversificada de la leche materna podría conllevar una menor diversidad bacteriana en el intestino del niño. Y tal y como hemos explicado con anterioridad en este blog, ya se ha vinculado una diversidad reducida de la microbiota intestinal a edad temprana a un mayor riesgo de asma, alergias e incluso de trastornos metabólicos durante la infancia y la edad adulta.

“Hemos observado que tres meses después del parto, la diversidad bacteriana en la leche de las madres con un mayor estrés postnatal era menor»

Para averiguar si la salud psicológica materna influye en la salud general del niño — y en ese caso, entender cómo y en qué medida — los investigadores neerlandeses pusieron en marcha un estudio en el marco de un proyecto más amplio llamado BINGO, acrónimo neerlandés para Influencias Biológicas sobre la Salud y el Desarrollo  del Niño. BINGO es un estudio de cohorte longitudinal focalizado en las influencias prenatales y postnatales tempranas en la salud y el desarrollo infantil.

El estudio se centró en 77 mujeres sanas que habían dado a luz a una edad gestacional media de 39,7 semanas, habían amamantado a sus hijos y no habían tomado antibióticos tras el parto. Los investigadores tomaron muestras de leche 2, 6 y 12 semanas tras el nacimiento del bebé. Las madres, que no habían sufrido trastornos postparto graves, rellenaron unos formularios sobre su humor, estrés, ansiedad y síntomas de depresión experimentados 6 semanas después del parto.

“Hemos observado que tres meses después del parto, la diversidad bacteriana en la leche de las madres con un mayor estrés postnatal era menor,” explica Caroline de Weerth, Profesora de psicobiología de desarrollo temprano del Centro Médico de la Universidad de Radboud y autora principal del estudio. “La diversidad no variaba significativamente a las 2 y 6 semanas del parto y no sabemos por qué”, continúa la científica. “Sin embargo, es posible que el estrés postnatal aumente sobre los 3 meses — nuestras medidas del estrés empiezan a partir de las 6 primeras semanas postparto — y esto explicaría que las diferencias en la diversidad de la microbiota de la leche materna solo se observaran entonces”, añade.

Según los autores, la diferencia en la diversidad de la microbiota de la leche materna al cabo de 3 meses podría deberse, al menos en parte, a los cambios en la microbiota intestinal materna. En cuanto al mecanismo de acción, se presenta la hipótesis de una participación del eje intestinal del cerebro y el sistema de control del estrés.

Este estudio aporta pruebas preliminares de un posible mecanismo por el que los síntomas psicológicos postparto afectarían al desarrollo y a la salud del niño. Los autores recalcan sin embargo que al tratarse de un estudio a escala reducida, se necesitarán más investigaciones para aclarar los vínculos entre sufrimiento psicológico materno y microbiota de la leche y los mecanismos subyacentes relacionados con esta conexión.

Referencia:

Browne D.P., Aparicio M., Alba C. et al. Human Milk Microbiome and Maternal Postnatal Psychosocial Distress. Frontiers in Microbiology, 2019. doi: 10.3389/fmicb.2019.02333