Cuando usted consume fibra alimentaria, no es su cuerpo el que se encarga de descomponerla, sino las bacterias alojadas en su intestino grueso. Esta actividad bacteriana produce unas importantes moléculas llamadas ácidos grasos de cadena corta (AGCC) que contienen un máximo de seis átomos de carbono así como otros de oxígeno e hidrógeno. El cuerpo absorbe entorno al 95 % de estos AGCC y los pone a trabajar. ¿Se podrían atribuir a estos AGCC los efectos beneficiosos de la fibra – incluidos el control de peso, un índice glucémico equilibrado o un menor riesgo de contraer ciertas enfermedades? Diversas investigaciones están revelando más pistas sobre cómo esas moléculas pueden beneficiar a la salud desplazándose por el organismo.

SCFA INFOGRAPHIC post_ES

 

 

Referencias:

Slavin J. (2013) Fiber and Prebiotics: Mechanisms and Health Benefits. Nutrients 5(4), 1417-1435; doi:10.3390/nu5041417

den Besten G, et al. (2013) The role of short-chain fatty acids in the interplay between diet, gut microbiota, and host energy metabolism. Journal of Lipid Research 54(9): 2325–2340. doi:  10.1194/jlr.R036012 den Besten G, et al. (See above)

Wong JMW, et al. (2006) Colonic Health: Fermentation and Short Chain Fatty Acids. Journal of Clinical Gastroenterology. 40(3):235-243

O’Keefe SJD, et al. (2015) Fat, fibre and cancer risk in African Americans and rural Africans. Nature Communications 6:6342 doi: 10.1038/ncomms7342 den besten G, et al. (See above)

Soret R, et al. (2010) Short-chain fatty acids regulate the enteric neurons and control gastrointestinal motility in rats. Gastroenterology. 138(5): 1772-1782.