men-and-womenLas diferencias entre hombres y mujeres son infinitas. Y según un estudio reciente, una de ellas es que la misma dieta afecta de forma dispar a la composición de su microbiota intestinal. 

Como ya hemos explicado en este blog, los alimentos que consumimos y nuestro modo de vida pueden alterar la microbiota que reside en nuestro sistema digestivo, y que se encarga de mantener a raya a las enfermedades y de ayudarnos a digerir la comida, entre otras tareas esenciales.

Pero por primera vez, investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, y otros seis organismos también han tenido en cuenta el género y la nutrición en la flora intestinal. Y han llegado a una conclusión sorprendente: la misma dieta tiene efectos notablemente distintos en la microbiota intestinal de hombres y mujeres.

«Con este estudio no nos planteábamos solo descubrir cómo influye la alimentación en las bacterias intestinales, sino que separamos a los participantes en machos y hembras, y nos preguntamos: ¿han sido las consecuencias de la dieta iguales en estos dos grupos?”, explicaba en un comunicado de prensa Daniel Bolnick, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Texas, en Austin, y autor principal del estudio.

Para investigar esta cuestión, los científicos decidieron explorar los microbios intestinales de dos especies: peces y ratones, y también volvieron a analizar en profundidad los datos de estudios realizados con anterioridad en humanos. Los resultados del estudio, que fue publicado a principios de este verano en la revista Nature Communications, revelaron que si bien las variaciones relacionadas con el género eran mínimas en los ratones (por razones que aún se desconocen), los cambios en los microbios intestinales relacionados con la dieta de hombres y peces variaban significativamente entre machos y hembras, incluidas la diversidad de las especies y la población.

A pesar de que los científicos desconocen la razón por la que hombres y mujeres reaccionan de forma diferente a la dieta, creen que las hormonas vinculadas a cada sexo podrían desempeñar un papel fundamental en la composición de la microbiota intestinal, favoreciendo la presencia de algunas cepas de bacterias frente a otras. Por otra parte, el sistema inmunitario, al funcionar de forma diferente en machos y hembras, también podría influir en el tipo de microbios que pueblan nuestra microbiota intestinal.

Una mayor diversidad de las bacterias intestinales ha sido asociada con un menor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad, y también de la enfermedad inflamatoria intestinal. El interés de estos hallazgos radica, en parte, en que sugieren que las terapias diseñadas para mejorar la salud humana mediante la nutrición tendrán que adaptarse al sexo del paciente. Al mismo tiempo, será necesario reconsiderar las tasas de prevalencia por género de algunas enfermedades con relación a estas interacciones específicas entre alimentación y sexo. Desafortunadamente, no se puede trasladar todavía el estudio a unas pautas nutricionales específicas para cada sexo.