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¿Por qué es importante la microbiota vaginal para la salud?

Si bien ya hemos asimilado la relevancia de nuestra microbiota intestinal para la salud y el bienestar, tenemos que ser conscientes de que los microorganismos en realidad existen en todas las partes del cuerpo expuestas al exterior. La piel, los oídos, la nariz y el tracto respiratorio tienen una microbiota, así como la vagina.

La microbiota vaginal consiste mayoritariamente en bacterias (especies de Lactobacillus principalmente) y algunos hongos (esencialmente Candida albicans). Es importante tener en cuenta que, al contrario que la microbiota intestinal, para estar sana, la microbiota vaginal necesita una baja diversidad.  En otras palabras, los lactobacilos son las bacterias predominantes en la vagina, lo cual explica la baja diversidad de la microbiota vaginal en las mujeres sanas.  Por el contrario, cuando otras bacterias (como Gardnerella vaginalis o Atopobium vaginae) u hongos (especies de Candida) crecen demasiado y el número de lactobacilos disminuye, pueden aparecer infecciones vaginales.

El papel de la microbiota vaginal en la salud consiste en  evitar que los microorganismos patógenos se establezcan en la vagina :

  • produciendo compuestos defensivos, como el ácido láctico o las sustancias antimicrobianas;
  • actuando como barrera y estimulando la producción de moco por el epitelio vaginal; y
  • apoyando el sistema inmunitario de la mujer.

 

Las bacterias potencialmente dañinas del intestino pueden viajar hasta la vagina

La translocación de bacterias del recto a la vagina es una de las varias causas conocidas de disbiosis vaginal. En otras palabras, lo que sucede en el intestino no se queda en el intestino y puede tener un impacto en la salud vaginal. Esto se debe a que el intestino alberga una comunidad estable de bacterias potencialmente dañinas que pueden desplazarse hasta la microbiota vaginal.

Nuestro intestino es el hogar de microorganismos que es normal encontrar como miembros de una microbiota intestinal saludable, pero cuando estos viajan a la vagina pueden causar problemas. Es el caso de algunas bacterias como Escherichia coli y hongos como  los de la especie Candida. Cuando estos microorganismos, habituales en el recto, se desplazan y crecen en la vagina,  puede producirse un desequilibrio de la microbiota vaginal que acabe provocando una infección vaginal. Asimismo, esos microorganismos potencialmente dañinos, además de colonizar la vagina y causar síntomas, pueden causar daños si llegan a la vejiga, lo que aumenta el riesgo de infecciones del tracto urinario.

Se ha observado que la microbiota vaginal y rectal son similares en términos de composición y especies de Lactobacillus, lo que también refuerza la idea de que la microbiota rectal es una fuente de microorganismos para la vagina.  Por otra parte, algunos estudios sugieren que la administración oral de bacterias probióticas  y levaduras permite la migración de microorganismos probióticos del intestino a la vagina, donde pueden tener un efecto beneficioso sobre la salud vaginal.  Lo que sugiere que si la microbiota intestinal está en buena forma, la microbiota vaginal probablemente también estará protegida.

Menos conocida es la manera en la que la microbiota intestinal afecta a la salud vaginal modificando los niveles de hormonas como los estrógenos, que pueden tener un impacto en la microbiota vaginal.

La microbiota intestinal puede verse afectada por los bajos niveles corporales de estrógenos, que a su vez modifican la producción de glucógeno como fuente de alimento para los lactobacilos beneficiosos. Con el estrógeno bajo (como durante la menopausia), la fuente de alimento producida localmente para los lactobacilos escasea, así como los Lactobacillus en la vagina. Como resultado, la vagina pierde el efecto barrera de los lactobacilos que la protege de los agentes patógenos. Por el contrario, durante el embarazo, con los cambios hormonales, los niveles de estrógeno suben considerablemente, lo que a su vez lleva a una acumulación de glucógeno y, por consiguiente un aumento del número de lactobacilos beneficiosos. Sin embargo, el glucógeno también es un gran sustrato para la levadura patógena Candida albicans, lo que incrementa el riesgo de candidiasis vulvovaginal durante el embarazo.

 

¿Cuáles son las desventajas de una microbiota vaginal desequilibrada?

No existe una microbiota vaginal única, ya que varía para cada mujer en función de la fase del ciclo menstrual. Los microorganismos vaginales también se ven afectados por la dieta, las prácticas de higiene, los fármacos, el estrés y las enfermedades.

Cuando se altera la composición de la microbiota vaginal, los lactobacilos pierden su predominio en la vagina.  El crecimiento excesivo de microorganismos patógenos en la vagina  puede ser asintomático en el cincuenta por ciento de las mujeres o  puede provocar un flujo vaginal inusual con un olor fuerte a pescado, o de aspecto espeso y blanco que a veces  va acompañado  de dolor o picazón.

Una microbiota vaginal alterada, o disbiosis vaginal,  se ha asociado con vaginosis bacteriana,  candidiasis, infecciones recurrentes del tracto urinario e incluso una reducción de la fertilidad.  Los hallazgos apuntan a la posibilidad de modificar la microbiota  vaginal directa o indirectamente actuando sobre la microbiota intestinal para mejorar la salud de la mujer.

 

Lo que hay que retener:

  • La microbiota vaginal es importante para la salud de la mujer y está equilibrada cuando su diversidad es baja.
  • Los agentes patógenos del intestino pueden viajar a la vagina y contribuir a la disbiosis vaginal, lo que sugiere que cuidar la salud del intestino probablemente mejorará la de la vagina.
  • Cuando los lactobacilos vaginales dejan de ser predominantes, hay una mayor probabilidad de desarrollar vaginosis bacteriana, candidiasis o infecciones recurrentes del tracto urinario debido a la colonización por bacterias patógenas.

 

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