Los investigadores han comenzado a estudiar cómo puede la microbiota intestinal contribuir a la protección frente a la COVID-19 o, por el contrario, al incremento del riesgo de contraer una forma más grave de la enfermedad. Sus conclusiones podrían resultar de suma relevancia en la prevención de la elevada tasa de mortalidad en personas mayores, especialmente aquellas ingresadas en residencias.

En el proceso que va de la concepción hasta que cumplimos 1.000 días, la nutrición y la microbiota intestinal desempeñan un papel fundamental a la hora de fortalecer los cimientos de nuestra salud futura.