74951557A día de hoy ya nadie discute el hecho de que la microbiota intestinal desempeña un papel clave en nuestra salud y que los cambios en su composición pueden suponer el origen de enfermedades crónicas, incluidas la obesidad, la diabetes y las enfermedades inflamatorias. La composición de la comunidad de bacterias intestinales en adultos sanos es mucho más estable que la de un niño o una persona de edad avanzada. Además, algunos estudios han demostrado que los ancianos presentan una mayor variación  interindividual que los jóvenes adultos.

Investigadores de la Universidad de Cork (UCC),en Irlanda, han analizado recientemente las bacterias que viven en los intestinos de más de 170 personas mayores de 78 años. En su investigación, han descubierto que la microbiota intestinal cambia de acuerdo al entorno en el que dichas personas estuvieron viviendo (en un centro de día, en un hospital, en casa) y también en función de sus hábitos alimentarios. En general, las personas que vivían en comunidad presentaban un estado más saludable y tenían una microbiota intestinal más diversificada que aquellas personas que habían vivido largo tiempo en residencias de ancianos, quienes además, presentaban un estado de salud más débil. Los autores de este estudio han publicado recientemente un artículo en Nature Magazine, donde afirman que creen que estos cambios que se producen en la microbiota intestinal y el deterioro de su estado de salud están vinculados a la dieta.

“La dieta de las personas de edad avanzada cambia rápidamente cuando pasan de vivir en comunidad a una residencia, pero la microbiota cambia a un ritmo más lento ya que puede llegar a tardar un año en adaptarse. Sin embargo, no podemos achacar al porcentaje de deterioro de la salud en edades avanzadas sea el motivo por el cual la microbiota intestinal sufre cambios en su composición”. Es más probable que se deba a la dieta, explican los autores de este estudio.

La investigación ha demostrado que la salud de las personas mayores está claramente influenciada por la dieta, que a su vez afecta a la composición de la microbiota intestinal. Este trabajo sugiere que el cambio y ajustes en la dieta podrían ser la opción idónea para promover un envejecimiento saludable, que es vital para todo el mundo, pero especialmente para quienes viven en residencias de ancianos.