El término “simbiótico”, menos conocido que los de “probiótico” y “prebiótico”, surgió en 1995. En 2019, un grupo de científicos se reunió para proponer una nueva definición. Descubra por qué los simbióticos son más que la mera combinación probiótico-prebiótico y lo que pueden aportar a nuestra salud.

Conocemos desde hace tiempo el componente microbiano de la obesidad. Ahora, un equipo de científicos liderado por Patrice D. Cani ha comunicado el descubrimiento de una nueva bacteria intestinal, aislada en el intestino humano, capaz de contrarrestar en ratones la obesidad, la inflamación y la desregulación de la glucosa provocadas por la dieta.

Según la Fundación para la Enfermedad Celíaca, la celiaquía afecta a 1 de cada 100 personas en todo el mundo. Para conmemorar el Día Internacional del Celíaco, GMFH entrevistó a la Dra. Elena Verdú de la Universidad McMaster (Canadá), quien nos explica algunos datos clave sobre la enfermedad.

Lo que comemos determina en gran medida el estado de nuestra microbiota intestinal. Un amplio estudio realizado con más de 1.000 personas mostraba recientemente cómo una dieta equilibrada y nutritiva contribuye a una microbiota intestinal más sana y a una mejor salud, mientras que una dieta rica en alimentos procesados, azúcares y sal favorece una microbiota intestinal asociada a una mala salud metabólica.

Seguir una dieta variada, rica en fruta, verdura, cereales integrales y alimentos fermentados podría protegernos contra las formas graves de COVID-19. Una nueva reseña formula la hipótesis de un vínculo entre una microbiota poco diversificada, una ingesta elevada de alimentos procesados y azúcares refinados y los casos más graves de Covid-19 en los países occidentales.

¿Un intestino sano para un corazón sano?

17 Feb 2021

by Megan Mouw

Un estudio reciente señala a la microbiota intestinal como un instrumento novedoso en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Este artículo explica cómo una dieta con más alimentos vegetales y menos productos de origen animal contribuye a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares gracias a la disminución de ciertos metabolitos producidos por la microbiota intestinal.

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