Si bien existe un creciente interés por el papel de la dieta en el comportamiento, los estudios actuales han arrojado resultados inconsistentes a la hora de designar directamente al microbioma intestinal como la causa de ciertos comportamientos como la ansiedad, la depresión y el comportamiento autista. Un estudio reciente trata de abordar la cuestión de si el microbioma intestinal está directamente relacionado con los trastornos del espectro autista.

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