*Incluimos enlaces a publicaciones del sitio web GMFH relacionadas con el tema.

 


El papel de la microbiota intestinal en la nutrición personalizada


  • Mi microbiota intestinal es única

Con los avances actuales en medicina y nutrición, se está llevando a cabo  una transición desde el enfoque único para todos hacia  la terapia personalizada.   De hecho, la estrecha relación entre el huésped y la  microbiota intestinal, así como con el entorno en el que evolucionan estos dos elementos, hace que cada paciente sea un caso único.   El Dr. Purna Kashyap ejemplificó el  problema de la enorme variabilidad en la respuesta del paciente a los tratamientos para el síndrome de intestino irritable,   donde, por ejemplo, la microbiota intestinal de los pacientes de SII  con síntomas de diarrea es muy diferente a la de los estreñidos.   Además,  el perfil de recaída de cada individuo varía.

  • Tratar los trastornos de la interacción intestino-cerebro desde el intestino

El eje intestino-cerebro es el vínculo  bidireccional entre el tracto gastrointestinal y el cerebro.   De hecho, el estrés crónico  puede afectar a la microbiota intestinal  hasta el punto de aumentar la probabilidad de padecer síndrome de intestino irritable y un empeoramiento de la salud de la microbiota intestinal en general. El trabajo del Dr. Emeran Mayer se centra en la terapia cognitivo-conductual, enseñando a los pacientes estrategias de relajación como la relajación muscular progresiva, la respiración controlada y la hipnosis para tratar los síntomas del síndrome del intestino irritable.  El equipo del Dr. Mayer estudia la correlación entre la microbiota intestinal de los pacientes con SII y la respuesta a la terapia cognitivo-conductual.  Hasta la fecha, sus hallazgos sugieren que los perfiles de microbioma intestinal podrían predecir qué pacientes con SII responderían a la terapia cognitivo-conductual.

  • Centrarse en la microbiota intestinal para mejorar la respuesta a los tratamientos contra el cáncer

Para continuar con el papel de la microbiota intestinal en el tratamiento de la  enfermedad, la cumbre recibió al equipo de la  Dra. Jennifer A. Wargo, quien investiga cómo las bacterias en los tumores pueden afectar a la quimioterapia o la inmunoterapia.   Los investigadores han observado por una parte que la microbiota intestinal puede modular la toxicidad de la terapia contra el cáncer y por otra, que las personas que responden a la inmunoterapia tienen una microbiota intestinal más diversificada, lo que se vincula a un consumo elevado de fibra.   Por lo tanto, las intervenciones dirigidas a la microbiota intestinal pueden ayudar a mejorar las respuestas al tratamiento en pacientes con enfermedades de baja remisión como el melanoma metastásico.

  • La microbiota intestinal determina la glucemia

Como la microbiota intestinal es parte de nuestro sistema y forma una simbiosis con el huésped, las bacterias reaccionan a la ingesta de alimentos, al nivel de glucosa en sangre y al ciclo circadiano.   En el contexto de la  prevención y el tratamiento  de la diabetes, el Dr. Purna Kashyap ha mostrado que se pueden predecir, según el perfil de  microbiota intestinal de una persona, los niveles de glucosa en sangre tras la ingesta de alimentos.

  • El ritmo de la microbiota intestinal

El ciclo circadiano es lo que nos permite conciliar el sueño por la noche y levantarnos por la mañana.   Estímulos como la luz, la exposición al sol y la ingesta de alimentos regulan ese ciclo. El Dr. Dirk Haller y su equipo han demostrado que el 15% de la microbiota intestinal sigue el mismo ritmo. Además, al estudiar a pacientes con diabetes tipo 2 y su microbiota intestinal, han podido comprobar que la microbiota intestinal de dichos pacientes perdía su rítmica.

 


Nunca es demasiado tarde para mejorar nuestra dieta


  • Todo nuestro entorno da forma a nuestra microbiota intestinal

Los estudios en gemelos idénticos ayudan a los científicos a comprender el efecto de la dieta y del ambiente en la microbiota intestinal.  Sorprendentemente, existe una amplia variación en la microbiota intestinal de persona a persona y solo el 37% de las bacterias intestinales son compartidas por gemelos idénticos convivientes, variación que se debería por tanto a la dieta.  El reto actual que presenta el  Dr. Nicola Segata es que existen muchas formas de analizar el consumo de alimentos de los individuos: según los alimentos, los grupos de alimentos, los nutrientes o los patrones dietéticos.   En este sentido, el equipo del Dr. Segata ha encontrado un fuerte vínculo entre alimentos poco saludables  (ricos en azúcares y grasas saturadas) y bacterias específicas y obesidad, alto índice de masa corporal y enfermedades cardiometabólicas, mientras que los alimentos saludables (verduras, productos no transformados) se asociaron principalmente con las bacterias beneficiosas Prevotella copri.

  • Nuestra manera de cocinar los alimentos ha modelado nuestra larga relación con nuestras bacterias intestinales.

Gracias a numerosos estudios sobre el efecto de la dieta en la microbiota intestinal, sabemos que la microbiota intestinal es altamente maleable.  En otras palabras, tan solo 24 horas después de modificar nuestra dieta, la microbiota cambia.   También es altamente resiliente, lo que implica que si  los cambios en  la dieta no persisten,  la composición de la microbiota intestinal volverá a su estado original en menos de 24 horas.

La Dra. Rachel Carmody mencionó durante la cumbre un punto interesante acerca de cómo ciertos alimentos se absorben mejor cuando se comen cocidos que cuando  se consumen crudos y la inactivación por calor de los compuestos antimicrobianos en los alimentos también puede desempeñar un papel en el impacto de los alimentos sobre los microbios intestinales. Parece que algunos alimentos se digieren mejor cocidos que crudos, lo que podría explicarse por el largo tiempo que el fuego lleva formando parte de la evolución humana.   Asimismo, los alimentos crudos no absorbidos por el huésped serán fermentados por las bacterias, lo que proporcionará calorías extra al huésped, recuperando energía.

La ingesta de alimentos, la digestión y la microbiota intestinal están vinculadas y trabajan conjuntamente.  Por ejemplo, durante la digestión, el cuerpo secreta ácidos biliares para absorber cualquier grasa que se haya consumido.   Al Dr. Sloan Delvin le interesa descubrir cómo la microbiota intestinal puede asimilar los ácidos biliares y cambiar su constitución, así como su efecto sobre la salud.   Además, al convertir estos ácidos biliares, algunas bacterias también adquieren propiedades antiinflamatorias y antiinfecciosas.

  • La dieta, un factor más entre otros

El Dr. Dan Knights y su equipo han observado la evolución de la composición de la microbiota intestinal en inmigrantes de segunda generación  en Estados Unidos.   Se sabe que la microbiota intestinal de los individuos que viven en países occidentalizados es mucho menos diversificada y rica que la de  los habitantes de países en desarrollo.   Cabe recalcar que aunque las dietas de los inmigrantes de segunda generación no variaban mucho de las  de sus países de origen, su nuevo entorno, con los correspondientes antibióticos, pesticidas, cesáreas y fórmulas infantiles, puede llevar a una menor  diversidad y riqueza de  la microbiota intestinal, similar a la  de la población estadounidense.  El estudio del Dr. Knights, sugiere que la dieta explicaría solo del 4% al 6% de  la variación de la microbiota intestinal, lo  que significa que el estilo de vida de los inmigrantes de segunda generación tiene un gran impacto en su microbiota intestinal.   También hay que tener presente que los alimentos son más que solo nutrientes y están compuestos por muchas moléculas que varían de un alimento a otro, modelando así los microbios intestinales de una manera diferente.

  • Con o sin fibra

El Dr. Gary D. Wu se ha centrado en cómo reducir  los síntomas en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal a través de la dieta.  Para ello. su equipo de investigadores ha comparado tres opciones de dieta: vegana, omnívora y nutrición enteral exclusiva.  La dieta vegana parece reducir los síntomas y la duración de los brotes en comparación con una dieta omnívora, pero, curiosamente, la nutrición enteral exclusiva (alimentos líquidos que contienen 0% de fibra) sería la ideal para los pacientes con EII.  Sin embargo, se ha demostrado que la nutrición enteral exclusiva ralentiza la recuperación de la microbiota intestinal y altera los metabolitos intestinales de carbohidratos y aminoácidos.

 


Más allá de los probióticos tradicionales


  • Probióticos 2.0

A los lectores más versados en el campo de la microbiota intestinal no les sorprenderá que los probióticos más comunes se basen en las especies Lactobacillus y Bifidobacterium.  Sin embargo, el equipo del Dr. Phillippe Langella está trabajando actualmente con los probióticos de nueva generación, que incluyen tanto nuevas especies de bacterias como F. prausnitzii, con propiedades antiinflamatorias, y bacterias de ácido láctico genéticamente modificadas, que  pueden aportar componentes clave a las células huésped para mediar la inflamación en pacientes con EII o restaurar una función intestinal saludable.

Del mismo modo, el equipo del Dr. Eric Alm ha observado que ciertas cepas de  probióticos Lactobacillus podían reducir la hipertensión inducida por la sal  y que la presencia de F. prausnitzii era mayor en pacientes que no padecían diarrea después de tomar antibióticos.

  • Desde trasplantes fecales hasta heces artificiales para ayudar a las personas con casos graves de diarrea

Durante la sesión también se debatió sobre el trasplante de microbiota fecal y su  efecto curativo beneficioso bajo ciertas condiciones, y el hecho de que el trasplante de la microbiota intestinal aún no es seguro y no cura a todo el mundo de las enfermedades que no sean la  infección por Clostridioides difficile.

Con la creación de un modelo predictivo, el equipo del Dr. Eric Alm puede decir cómo cambiará la composición de la microbiota intestinal de un paciente después de recibir un trasplante de microbiota intestinal de un donante específico, lo cual permitiría a los médicos encontrar al donante ideal para cada paciente.  Curiosamente, los pacientes colonizados con nuevas especies de bacterias de un donante tienen más probabilidades de ser colonizados por bacterias pertenecientes a la misma especie de su propio entorno.  El equipo ha podido constatar que dos especies distintas de un solo donante se asemejaban más que las mismas dos especies de diferentes donantes.  Esto podría explicarse por el hecho de que en el ambiente, las bacterias intestinales se comunican e intercambian información a través de la transferencia de genes.  El equipo también descubrió que la transferencia de genes de una bacteria a otra se produce más en las poblaciones occidentales.

La infección por C. difficile es una infección bacteriana muy grave que causa diarrea, dolor abdominal y, en última instancia, la muerte.   Si bien se puede tratar con antibióticos, desgraciadamente, a veces estos resultan insuficientes para erradicar la bacteria.  Actualmente, los investigadores están trabajando en un tratamiento para  la infección por C. difficile mediante el trasplante de microbiota intestinal, pero  las heces universalmente beneficiosas y seguras siguen siendo difíciles de obtener.  El Dr. Sahil Khanna ha presentado las diferentes formas de tratar la infección por  C. difficile con terapias determinadas de microbioma,  un consorcio de microbiota de origen biológico o sintético extraída de las heces de donantes.

Las terapias determinadas de microbioma,  actualmente en fase de ensayos clínicos, pueden administrarse con o sin tratamiento antibiótico previo, en una o más dosis, con una mezcla de heces de donantes o un grupo de Firmicutes liofilizados.  Las terapias definidas para  el microbioma se pueden usar para otras infecciones patógenas, como la  infección  por Klebsellia que estudia el Dr. Kenya Honda.  El Dr. Honda y su equipo esperan encontrar un nuevo tratamiento a través de  un trabajo excepcional para el que filtran las heces de varios donantes y después bacterias específicas, y para luego identificar individualmente las bacterias necesarias entre las especies prescindibles.  La evidencia preliminar del efecto de las terapias determinadas de microbioma sobre la infección por patógenos sugiere su uso potencial en la colitis ulcerosa, la alergia alimentaria y algunos tipos de cáncer, entre otros.

 


La conexión entre la microbiota intestinal y la COVID-19


Uno de los temas más interesantes actualmente en estudio es la conexión entre  la microbiota intestinal y el virus de la COVID-19.  Durante la pandemia, muchos investigadores han tratado de identificar factores que expliquen la gravedad de los síntomas y los efectos secundarios vinculados a la vacunación.   El Dr. Siew Ng ha presentado los resultados de estudios que muestran que las personas con diabetes tipo 2 y obesidad, así como  las personas mayores, corrían el riesgo de desarrollar síntomas más graves de COVID-19.   Curiosamente, estos individuos también tienen una microbiota intestinal alterada, lo que afectaría a las respuestas del sistema inmunitario y por lo tanto, a la gravedad de los síntomas de la COVID-19.

Los investigadores también han descubierto que las personas con efectos adversos de la vacunación tenían un perfil de microbiota intestinal distinto de aquellos sin síntomas.   Basándose en estas observaciones, los investigadores se centran ahora en restaurar la salud del microbioma intestinal a través del trasplante de microbiota fecal,  la dieta y la administración de probióticos.   Es difícil obtener una respuesta definitiva  en un período de tiempo tan corto, pero mientras tanto, ¡el único consejo válido que prevalece es el de seguir una dieta saludable!