¿Pueden las bacterias intestinales de un bebé influir en su salud a lo largo de la infancia? - Un video de AllerGen
3.500 niños canadienses y sus familias participan en el estudio de cohorte CHILD, un proyecto de investigación centrado en la influencia del microbioma humano en la salud.
3.500 niños canadienses y sus familias participan en el estudio de cohorte CHILD, un amplio proyecto de investigación que trata de descubrir cómo el microbioma humano influye en alergias, asma, obesidad y el bienestar y la salud diarios.
En el vídeo siguiente producido por AllerGen NCE Inc., descubrirá cómo numerosos factores como el modo de nacimiento de un bebé (por vía vaginal o por cesárea), su alimentación (leche materna o de fórmula) o su exposición a antibióticos o mascotas peludas pueden alterar la microbiota intestinal.
GMFH Editing Team
GMFH Editing Team
Notar ese mal presentimiento en el intestino cuando golpea la ansiedad o sentir mariposas en el estómago al enamorarse son señales visibles de la conexión entre el cerebro y el intestino. Nuevas pruebas sugieren que comprender el eje microbiota-intestino-cerebro podría ser la llave para tratar el síndrome de intestino irritable.
Las bacterias que forman nuestra microbiota intestinal tienen una vida social muy activa: se comunican entre ellas y colaboran, pero también compiten y se mantienen a raya unas a otras. De esa comunicación entre ellas y con nuestras células depende en buena medida nuestra salud. De ahí que comprender cómo se relacionan será clave para avanzar hacia la medicina personalizada del futuro.
La mayor parte de la investigación sobre el papel de la microbiota intestinal en el eje intestino-cerebro se ha centrado en las bacterias, y los hongos que viven dentro del intestino se han pasado por alto. ¿Qué sabemos de la función de los hongos intestinales en la comunicación entre el intestino y el cerebro?