Un estudio revela distinciones por sexo en la microbiota intestinal.

 

Un estudio reciente publicado en Plos One,  y que actualiza estudios anteriores que no identificaron diferencias por sexo en la microbiota intestinal, concluye ahora que la microbiota de mujeres difiere de la de los hombres. Asimismo, el estudio sugiere que la adiposidad y la ingestión de fibra podrían influir en la flora intestinal. Los autores del estudio,  pertenecientes a la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, el Centro de Oncología Perlmutter de Nueva York , el Instituto de Oncología Nacional de los Estados Unidos y el Centro Médico de Veteranos de Nueva York, afirman que estos factores, junto con el sexo, pueden influenciar la microbiota debido a mecanismos hormonales similares.

La microbiota intestinal varía de un individuo a otro y esto explicaría en parte la propensión de una persona a padecer ciertas enfermedades como el cáncer colorrectal o la diabetes. Sin embargo, queda por aclarar si esos factores personales tienen un impacto en la composición de la microbiota intestinal. Los autores del estudio previamente citado han descubierto que el sexo de la persona desempeña un papel importante, ya que este muestra que las mujeres tienen una composición bacteriana intestinal sustancialmente diferente en su conjunto, y más concretamente, en lo que concierne a Bacteroidetes, con un nivel muy inferior al de los hombres. Llegaron a estas conclusiones después de analizar muestras fecales de 82 individuos y secuenciar lo genes hallados en las bacterias de estas muestras.

Los niveles de esteroides sexuales podrían constituir el vínculo entre sexo y composición bacteriana. Efectivamente, un estudio anterior ya constató que estos últimos tenían un impacto en la microbiota intestinal. Conscientes de ello, los investigadores se interesaron asimismo  por el efecto de la adiposidad, que altera los niveles de esteroides sexuales, y la ingesta de fibra, que influye en los niveles de estrógenos. Los autores argumentan que el sexo, la masa corporal y la ingesta de fibra alimentaria pueden actuar mediante mecanismos similares – incluidas vías hormonales – a la hora de modular la microbiota intestinal.

El papel del sexo ya se había estudiado con anterioridad, pero mientras que en los modelos animales se habían hallado diferencias entre la microbiota intestinal de machos y hembras, los análisis llevados a cabo con datos humanos resultaron no concluyentes.

Los autores de este último estudio admiten que para poder actualizar estos resultados, será necesario analizar una muestra de sujetos más variada (los primeros voluntarios eran en su mayoría americanos blancos) así como tener en cuenta interacciones más complejas, como que una dieta rica en fibra puede ser un marcador de un estilo de vida saludable en general, por ejemplo. Los autores señalan, sin embargo, que «existen cada vez más indicios de un vínculo entre la microbiota intestinal y las enfermedades gastrointestinales, incluido el cáncer colorrectal y otras patologías como la diabetes.» Y acaban concluyendo: «Nuestros hallazgos sugieren que el sexo, el índice de masa corporal y la ingesta de fibra alimentaria contribuyen a dar forma al microbioma intestinal en los humanos. Una mejor comprensión de este vínculo podría tener implicaciones muy relevantes para la salud gastrointestinal y la prevención de enfermedades.»