La función de los ácidos biliares y la microbiota intestinal en la digestión de las grasas dietéticas

Los ácidos biliares se producen en el hígado a partir del colesterol y se liberan en el intestino delgado para favorecer la digestión de las grasas dietéticas tras una comida.

La mayor parte de los ácidos biliares se reabsorben y reciclan, mientras que otros son transformados por las bacterias intestinales en ácidos biliares secundarios. Hay determinadas bacterias, como las de las especies Lactobacilli y Clostridioides, que son capaces de modificar los ácidos biliares de varias formas.

Dichos ácidos biliares modificados influyen en los procesos metabólicos al regular los niveles de colesterol, la digestión de las grasas y el metabolismo de la glucosa. Por ejemplo, determinados ácidos biliares modificados, como el ácido desoxicólico, activan un receptor hepático que reduce la producción de ácidos biliares, por lo que son reguladores fundamentales de la salud metabólica.

 

El papel de la microbiota intestinal en el almacenamiento de grasas

En una investigación reciente llevada a cabo con ratones, se ha descubierto una novedosa colaboración huésped-microbiota que ayuda a regular la producción de ácidos biliares y el metabolismo de las grasas. El personal científico identificó un compuesto llamado ácido biliar-metilcisteamina (BA-MYC, por su sigla en inglés), que se produce en el intestino del huésped.

La presencia del compuesto BA-MYC reduce la actividad del mencionado receptor hepático, lo que produce un aumento en la producción de ácidos biliares. Este proceso depende de las bacterias intestinales, puesto que son las que proporcionan los precursores necesarios de los ácidos biliares para la formación de BA-MYC.

Los hallazgos sugieren que existe una sólida comunicación entre el huésped y la microbiota intestinal que favorece el equilibrio metabólico al regular la producción de ácidos biliares como respuesta a la ingesta dietética y el estado nutricional.

 

Posibles repercusiones en la salud

El estudio también mostró que, al ofrecer a los ratones una dieta rica en colesterol suplementada con compuestos relacionados con BA-MYC, se reducía la acumulación de grasa en el hígado. Los resultados sugieren que modificar la microbiota intestinal o enfocarse en el metabolismo de los ácidos biliares podría ser una estrategia para el tratamiento de trastornos metabólicos, como la diabetes tipo 2, la obesidad y el colesterol alto.

El equipo investigador también detectó moléculas de BA-MYC semejantes en la sangre humana, por lo que es posible que este proceso también ocurra en humanos. Si se confirma, los hallazgos podrían abrir la puerta a nuevos enfoques preventivos y terapéuticos en la salud metabólica.

 

Cómo cuidar la microbiota intestinal para tener un metabolismo sano

Es posible que el hecho de mantener el equilibrio en la microbiota intestinal ayude a regular el metabolismo de los ácidos biliares y los niveles de colesterol. La dieta desempeña un papel esencial promoviendo las bacterias intestinales beneficiosas. Aquellas dietas con alto contenido de fibra, que incluyen cereales integrales, verduras y legumbres, favorecen la diversidad microbiana.

Los alimentos probióticos, como el yogur, el kéfir y las verduras fermentadas, también pueden ayudar a mantener el entorno intestinal en buen estado. Además, estudios llevados a cabo recientemente ponen de manifiesto el potencial de los probióticos, como los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium, a la hora de favorecer el metabolismo del colesterol, al modular los ácidos biliares y reducir la absorción del colesterol. A pesar de que la evidencia sugiere que existen posibles beneficios para la salud cardiovascular, es necesario llevar a cabo más investigaciones antes de dar recomendaciones de carácter general.

Es posible que las grasas saludables, como las del aceite de oliva, los frutos secos y el pescado azul, favorezcan la estabilidad del metabolismo. La actividad física regular también se ha vinculado a una composición mejorada de la microbiota intestinal. En cambio, los alimentos procesados, con alto contenido de azúcar y carbohidratos refinados, pueden alterar las bacterias intestinales y causar un impacto negativo en la salud metabólica.

 

Conclusión

La microbiota intestinal favorece el metabolismo del colesterol y la regulación de las grasas al influir en la producción de ácidos biliares. Los estudios sugieren que los procesos microbianos ayudan a prevenir la acumulación excesiva de grasa, con las posibles repercusiones en la salud metabólica. Aunque es necesario realizar más estudios, optar por una dieta y un estilo de vida que favorezca la salud intestinal puede ser útil a la hora de mantener el equilibrio metabólico.

 

Referencia:

  1. Won, T.H., Arifuzzaman, M., Parkhurst, C.N. et al. Host metabolism balances microbial regulation of bile acid signalling. Nature. 2025. doi:10.1038/s41586-024-08379-9
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  3. Fuchs, C.D., Trauner, M. Role of bile acids and their receptors in gastrointestinal and hepatic pathophysiology. Nat Rev Gastroenterol Hepatol 19, 432–450. 2022. doi:10.1038/s41575-021-00566-7
  4. Merenstein DJ, Tancredi DJ, J. Philip Karl, et al. Is there evidence to support probiotic use for healthy people? Advances in nutrition. 2024:100265-100265. doi: 10.1016/j.advnut.2024.100265