¿Y si pudiésemos adelgazar rápidamente con solo pasar frío durante un par de semanas? ¿Acaso no suena como la solución ideal?

Es precisamente lo que acaba de demostrar, al menos en ratones, un grupo de científicos de la Universidad de Ginebra, en Suiza. Este nuevo estudio, recientemente publicado en la revista Cell, concluye que exponerse a bajas temperaturas podría contribuir a adelgazar, en parte debido a los microbios intestinales. Los investigadores suizos han descubierto que la exposición a bajas temperaturas altera la composición de los microbios intestinales de los roedores, lo cual induce la quema de grasa en los ratones, una mejora de sus niveles de glucosa en sangre y una disminución de su peso corporal.

Los científicos saben desde hace tiempo que la exposición al frío tiene los mismos efectos que la práctica de ejercicio. Pero para comprender mejor los mecanismos subyacentes, el fisiólogo Mirko Trajkovski, director de la investigación, decidió llevar a cabo un experimento con animales de laboratorio. Durante los diez primeros días, los científicos estudiaron cuáles eran los microbios alojados en el intestino de los ratones que vivían a una temperatura relativamente cómoda de 21 ºC.

A lo largo de los veinte días siguientes fueron bajando progresivamente la temperatura hasta llegar a 6ºC, con el objetivo de observar si afectaba a su microbiota intestinal. A lo largo del mes que duró el experimento, los científicos fueron tomando la temperatura de los roedores, así como muestras de sus heces y controlaron parámetros como la sensibilidad a la insulina y el tipo de grasa.

Una vez finalizado el experimento, observaron un cambio drástico en la composición del microbiota de los ratones expuestos al frío: una bacteria clave, Akkermansia muciniphila, vinculada a la obesidad y a la diabetes, había prácticamente desaparecido. Cuando esto sucede, tanto los animales como sus microbios parecen ser menos efectivos a la hora de extraer energía de los alimentos digeridos. Constataron asimismo que cuando se administraba artificialmente la bacteria a los ratones, se reiniciaba la pérdida de peso.

«Presentamos pruebas contundentes del papel esencial de los microbios intestinales en nuestra capacidad de adaptarnos al entorno, regulando directamente nuestro equilibrio energético», declara Trajkovski, autor principal del estudio. A fin de entender mejor el impacto de esta alteración en las bacterias, los científicos realizaron un segundo experimento con un grupo de ratones desprovistos de gérmenes. Les trasplantaron las bacterias intestinales modificadas por el frío y observaron cómo esos microbios mejoraban el metabolismo de la glucosa, la tolerancia a las bajas temperaturas y la pérdida de peso en los ratones.

Tal y como apunta el Doctor Trajkovski, «estos descubrimientos demuestran que los microbios intestinales regulan directamente el equilibrio energético en respuesta a los cambios ambientales.»

Sin embargo, esta pérdida de peso no es permanente. En efecto, a partir de la tercera semana de exposición al frío, los cuerpos de los ratones comenzaron a estabilizarse. En opinión de los autores del estudio, esto podría deberse a que el intestino comienza a absorber más nutrientes de los alimentos a fin de contrarrestar esta pérdida de peso adicional.

Los investigadores pretenden ahora estudiar los mecanismos moleculares por los que los microbios intestinales detectan los cambios ambientales y afectan al equilibrio energético del huésped. Asimismo, prevén realizar más estudios a fin de comprobar si estos resultados son extrapolables al hombre. Por el momento, tal y como recalca prudentemente Trajkovski, se trata tan solo de hipótesis.

 

 

 

Referencias

Claire Chevalier, Ozren Stojanović, Didier J. Colin, Nicolas Suarez-Zamorano, Valentina Tarallo, Christelle Veyrat-Durebex, Dorothée Rigo, Salvatore Fabbiano, Ana Stevanović, Stefanie Hagemann, Xavier Montet, Yann Seimbille, Nicola Zamboni, Siegfried Hapfelmeier, Mirko Trajkovski. Gut Microbiota Orchestrates Energy Homeostasis during ColdCell, 2015; 163 (6): 1360 DOI: 10.1016/j.cell.2015.11.004