La elección de nuestros alimentos es importante para mantener una microbiota intestinal saludable. ¿Podría decirse lo mismo acerca del agua?

Los efectos de los alimentos, los nutrientes y la dieta en la composición y las funciones de la microbiota intestinal humana han sido ampliamente estudiados. Por ejemplo, lo que comemos no solo puede alterar la composición microbiana intestinal en tan solo 24 horas, sino que también puede modelar sus funciones y la inflamación intestinal.

Si buscamos tener una microbiota intestinal más sana y gozar de una buena salud, es aconsejable que nos centremos en la calidad de la dieta en lugar de en nutrientes específicos. Sin embargo, más allá de la elección de los alimentos, se desconoce el impacto que tiene el agua que bebemos (su origen y su cantidad) en la composición de la microbiota intestinal. Esto se explica en parte por el hecho de que el agua potable no siempre se considera parte de la dieta y algunos científicos incluso se han referido a ella como “el nutriente olvidado”.

 

Se ha constatado un vínculo entre el origen y la cantidad de agua potable consumida y las diferencias en la composición de la microbiota intestinal

Nuevos hallazgos en más de 3.000 participantes de Estados Unidos y Reino Unido, en su mayoría sanos, han puesto de manifiesto que la composición de la microbiota intestinal varía en función del tipo de agua consumida.

En comparación con el agua embotellada, del grifo o filtrada, la de pozo se ha asociado con una mayor diversidad de la microbiota fecal, lo cual, en términos generales, es un sello distintivo de un microbioma intestinal sano (con las excepciones  de la mayor diversidad relacionada con el estreñimiento y la menor diversidad en los bebés amamantados). Para poner estos datos en el contexto de otros factores conocidos que afectan a la microbiota intestinal, el efecto de la fuente de agua potable elegida sobre la diversidad de la microbiota fecal en el individuo sería menor que el de la edad, el índice de masa corporal y el tipo de dieta.

La cantidad de agua consumida también es relevante. En las personas que bebían mucha agua (consumo diario o regular) se observó una composición de la microbiota fecal distinta a la de las que bebían poca agua (consumo nulo, escaso u ocasional). Por ejemplo, las bacterias Campylobacter, que han sido vinculadas a las infecciones gastrointestinales, eran menos abundantes en las personas que bebían mucha agua.

Entonces, ¿cuáles podrían ser los factores que explicarían el impacto que tiene el agua sobre la composición de la microbiota intestinal? Los autores plantearon la hipótesis de que las propiedades fisicoquímicas, el contenido mineral o la composición microbiana del agua podrían influir en la microbiota de los participantes.

Es importante tener en cuenta que el estudio no investigó si la elección del tipo de agua tuvo algún efecto sobre el estado de salud de los participantes, por lo que quedaría pendiente comprobar el impacto del origen y de la cantidad de agua potable en el mantenimiento de la salud o la gestión de los problemas intestinales.

Como era de esperar, las bacterias orales no variaron en función de la fuente de agua potable, lo que respalda la idea de que la microbiota oral es estable y resistente al cambio en respuesta a las modificaciones en la dieta.

 

La ingesta de agua puede considerarse una nueva variable que influye sobre la microbiota intestinal

Estos hallazgos son los primeros en explorar el vínculo entre el tipo y la cantidad de agua potable ingerida y los cambios en la composición de la microbiota intestinal en una población a gran escala. Aunque aún es demasiado pronto para concluir que los cambios en la composición de la microbiota intestinal son los principales impulsores de los beneficios de una buena hidratación para la salud, el estudio destaca la importancia de considerar la ingesta de agua como una variable significativa de la dieta que podría afectar a los microbios intestinales.

 

Referencias:

Carmody LA, Bisanz CF, Bowen RN, et al. Diet rapidly and reproducibly alters the human gut microbiome. Nature. 2014; 505(7484):559-563. doi: 10.1038/nature12820.

Vanhaecke T, Bretin O, Poirel M, et al. Drinking water source and intake are associated with distinct gut microbiota signatures in US and UK populations. J Nutr. 2021. doi: 10.1093/jn/nxab312.