Ha quedado ampliamente demostrado que la diversidad bacteriana es determinante en el intestino: todos los estudios sobre la composición de la microbiota intestinal coinciden en que las personas enfermas tienen una comunidad microbiana intestinal menos diversificada que las sanas. En algunos casos, a esta falta de diversidad se le denomina “disbiosis”. Lo que resulta más complicado es averiguar cómo utilizar el principio de la diversidad para mejorar la salud humana.

¿Y qué hay de la pérdida de peso? La diversidad microbiana del intestino parece relacionada con el peso corporal, pero los datos científicos obtenidos hasta la fecha son confusos. Algunos estudios, aunque no todos, han observado una microbiota intestinal más empobrecida en personas obesas.

Uno de los mayores problemas a la hora de estudiar la conexión entre la obesidad y la microbiota intestinal es que un índice de masa corporal (IMC) alto se suele dar con un patrón de alimentación occidentalizado” caracterizado por la ingestión habitual de alimentos procesados (muchos ricos en grasas) y un bajo consumo de alimentos frescos. Es por tanto complicado discernir si lo que condiciona la composición observada en la microbiota intestinal es el IMC o el modelo de dieta.

Un nuevo proyecto de investigación llevado a cabo por científicos en Alabama y Ohio (Estados Unidos), intentaba recientemente arrojar cierta luz a este respecto. Para este estudio, individuos de diferentes pesos (desde muy delgados hasta obesos) donaron muestras de heces y contestaron a un cuestionario acerca de sus hábitos alimenticios y su estado de salud.

En la mayoría de estudios de este tipo, los investigadores buscan la respuesta a una pregunta concreta, como: “¿Tienen los individuos obesos más bacterias del grupo Firmicutes que del Bacteroidetes?” o “¿Tienen las personas con un IMC más elevado una microbiota intestinal menos diversificada?” Pero en este caso, los científicos optaron por un enfoque más amplio y se interesaron por el patrón estadístico global. Se centraron en identificar el factor que explicaba matemáticamente el incremento de la diversidad de la microbiota intestinal de los sujetos.

Los investigadores observaron que en lo referente a la diversidad de la microbiota intestinal, el tipo de dieta occidentalizado tenía mayor impacto que el IMC. Según los científicos, esto significaría que la dieta puede ser un factor clave en la disbiosis de la microbiota intestinal, independientemente del peso de la persona.

Este estudio corrobora anteriores estudios con resultados contundentes realizados en diferentes regiones del mundo. En comunidades como los cazadores-recolectores de los bosques tropicales y los agricultores de la República Centroafricana, por ejemplo, cuyos estilos de vida y dietas difieren de los de los países occidentalizados, los científicos han observado una diversidad significativamente superior de la microbiota intestinal. Teniendo en cuenta que los genes de la microbiota intestinal de estos grupos parecen estar adaptados a su alimentación, se cree que la dieta es el elemento más influyente en la diversificación de la microbiota intestinal.

Mientras los científicos siguen intentando encontrar la forma de diversificar la microbiota intestinal, este estudio apunta a que la diversidad podría modificarse a través de intervenciones que impliquen una modificación de la dieta.

Siguen siendo necesarios más estudios enfocados a la manipulación de la dieta. Pero lo que ya sabemos es que se trate de árboles, insectos o microorganismos intestinales, un ecosistema funciona mejor como un entretejimiento de relaciones interdependientes. Y si la diversidad es el objetivo, no olvide prestar atención a su alimentación.

 

Referencias:

Davis SC, Yadav JS, Barrow SD, & Robertson BK. Gut microbiome diversity influenced more by the Westernized dietary regime than the body mass index as assessed using effect size statistic. MicrobiologyOpen. 2017 DOI: 10.1002/mbo3.476.