Elena Verdú es profesora de la Universidad McMaster (Canadá) y miembro del comité científico de GMFH. Dirige Verdu Lab, donde su equipo investiga las interacciones entre el huésped y los microbios y la dieta en el tracto gastrointestinal, en relación con la patogénesis de la enfermedad celíaca y las enfermedades inflamatorias del intestino (EII).
¿Qué es la enfermedad celiaca?
Es una sensibilidad alimentaria que afecta a personas genéticamente susceptibles cuando consumen un grupo de proteínas común llamado gluten que se encuentra en cereales como la cebada, el centeno o el trigo.
Las personas celiacas suelen experimentan síntomas gastrointestinales graves como diarrea, hinchazón y dolor abdominal. Pueden además padecer manifestaciones extraintestinales como anemia, pérdida de masa ósea o fracturas frecuentes. Y también pueden ser levemente sintomáticas y esto complica el diagnóstico de la enfermedad, por lo que la gran mayoría de los pacientes no son diagnosticados.
El diagnóstico de la enfermedad celiaca se realiza mediante el análisis de muestras de sangre y se confirma normalmente a través de una biopsia, el análisis de un pequeño trozo de tejido extraído del intestino delgado por endoscopia. Una vez confirmado el diagnóstico, es muy importante que los pacientes sigan una dieta estrictamente sin gluten de por vida.
¿Por qué es importante adoptar una dieta sin gluten?
Ya sabemos que las proteínas del gluten son los conductores o desencadenantes de la inflamación en la enfermedad celiaca. Y esta inflamación es la que daña la pared del intestino delgado, derivando en los síntomas, las carencias nutricionales y las complicaciones de la enfermedad.
Los pacientes celiacos son muy sensibles a cantidades ínfimas de gluten. Por tanto, es esencial que una vez hayan recibido un diagnóstico correcto, eviten el gluten de forma estricta. Para ello, necesitarán la ayuda de un profesional de salud, ya que seguir una dieta sin gluten de forma inadecuada podría acarrear complicaciones.
¿Cuál es el papel de la microbiota intestinal en todo esto?
Sabemos que para que alguien padezca la enfermedad celiaca, tiene que poseer unos determinados genes y consumir gluten. Sin embargo, no todas las personas que consumen gluten y tienen esos genes acaban siendo celiacas. Por eso pensamos que existen cofactores determinantes para que la persona acabe padeciendo la enfermedad celiaca. Y la microbiota intestinal podría ser uno de ellos.
De hecho, algunos estudios han observado diferencias entre la composición microbiana del intestino de los pacientes celiacos y la de los individuos que no lo son. Más relevantes aún son los que han revelado que los microbios intestinales de los pacientes celiacos metabolizan o digieren el gluten de una forma diferente, que puede causar una mayor sensibilidad a la enfermedad.
Otros muestran que los microbios intestinales pueden incluso digerir componentes alimentarios no relacionados con el gluten como el triptófano, un aminoácido esencial, primordial para la producción de metabolitos protectores de la pared intestinal. Y los celiacos también pueden sufrir alteraciones en estos tipos de metabolismos.
Por último, algunos estudios muestran que las células inmunitarias en pacientes celiacos pueden tener reacciones cruzadas y reconocer partes de microbios o patógenos oportunistas presentes en su intestino delgado y reaccionan ante las secuencias de gluten.
Así que en general, las bacterias intestinales podrían, según la actividad o el tipo de bacterias que hospede el individuo en su tracto gastrointestinal, ser un cofactor que aumente o disminuya la propensión a la celiaquía. Pero por supuesto, siempre y cuando coincidan los genes adecuados y la exposición al gluten.
¿Qué piensa usted de la tendencia de adoptar una dieta sin gluten sin un diagnóstico de enfermedad celiaca?
La única razón médica con base científica para seguir un régimen sin gluten estricto y de por vida es un diagnóstico adecuado de la enfermedad celiaca. La celiaquía no es una moda, es una enfermedad grave con características autoinmunes.
En una enfermedad autoinmune, el sistema inmunitario ataca nuestros propios órganos; en el caso de la enfermedad celiaca, la mucosa del intestino delgado.
Los individuos no celiacos en los que se ha descartado correctamente esta enfermedad, pero que creen o sienten que una alimentación con productos derivados del trigo les causa síntomas, deberían consultar a un profesional de salud y optar quizás por una dieta con menos gluten. Pero en cualquier caso, siempre con el seguimiento de un profesional de salud, ya que una dieta sin gluten sin supervisión podría provocar carencias nutricionales y complicaciones.