2014-06-18-18_32_18-484651675-Visualizador-de-fotos-de-Windows3Una dieta saludable y equilibrada y el consumo de probióticos son factores clave la hora de proteger la salud gastrointestinal. Si bien los beneficios de los probióticos se conocen desde hace tiempo,  los mecanismos subyacentes siguen si quedar claros. Se trata de uno de los  principales temas debatidos durante la Cumbre Gut Microbiota for Health, celebrada en Miami (Estados Unidos), los 8 y 9 de marzo de 2014. Eminentes expertos internacionales han valorado los estudios más recientes relacionados con la microbiota intestinal, los cuales arrojan cada vez más luz sobre los efectos de nuestra alimentación diaria y sobre su impacto en nuestra salud.

“La dieta es un elemento clave a la hora de preservar la salud gastrointestinal, ya que al comer y digerir, estamos literalmente alimentando a nuestra microbiota intestinal, y por tanto influyendo en su diversidad y su composición”, recalca el profesor español Francisco Guarner, del Hospital universitario Vall d’Hebron.

Un consumo excesivo de grasas animales y alimentos grasientos y fritos puede alterar el equilibrio de nuestra microbiota intestinal, y ello a su vez desembocar en numerosos problemas de salud, desde enfermedades intestinales hasta alergias. A fin de mantener una flora intestinal saludable, los médicos recomiendan una dieta rica en fibras (verduras, ensaladas y frutas), así como productos lácteos fermentados que contengan probióticos.

Según la Organización mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “los probióticos son microorganismos vivos, que cuando se administran en cantidades adecuadas, pueden conferir un beneficio a la salud de su huésped”. En palabras del Prof. Guarner, “el reto principal es determinar con claridad qué organismos son beneficiosos y ejercen una acción preventiva o terapéutica. Y para aquellos a los que se les atribuye correctamente la denominación de probióticos, habrá que establecer sus diferentes aplicaciones con más precisión de lo que se ha hecho hasta la fecha”.

El papel que desempeñan los probióticos a la hora de mantener una buena salud digestiva es crucial: refuerzan el sistema inmunitario estimulando los mecanismos inmunitarios tanto en el interior como en el exterior de los intestinos. Por otra parte, contribuyen a regular la motilidad intestinal y tienen propiedades anti-inflamatorias. También mejoran el equilibrio microbiano de los intestinos y protegen su estabilidad y diversidad. Ya se han dado pasos importantísimos para determinar qué microorganismos son beneficiosos y tienen efectos preventivos o terapéuticos, lo cual es sin duda alguna una excelente noticia.