En opinión del Profesor Sven Pettersson, el investigador al mando de este estudio y miembro del Departamento de Microbiología, biología tumoral y celular del Instituto  Karolinska, “teniendo en cuenta que la composición de la microbiota evoluciona con el tiempo, es lógico deducir que la integridad de la barrera sangre-cerebro puede también fluctuar en función de la microbiota”.