En el proceso que va de la concepción hasta que cumplimos 1.000 días, la nutrición y la microbiota intestinal desempeñan un papel fundamental a la hora de fortalecer los cimientos de nuestra salud futura.

La dieta influye en la composición de la microbiota intestinal, y se ha documentado que la forma en que la microbiota intestinal metaboliza nuestros alimentos sería más relevante que lo que comemos.

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