Acerca de Andreu Prados

Andreu Prados es Farmacéutico y Dietista-Nutricionista. Redactor científico especializado en microbiota intestinal y probióticos, trabaja también como conferenciante y consultor en nutrición y salud. El Twitter de Andreu @andreuprados

Cada vez es más habitual recurrir a los test de microbioma para identificar dietas, probióticos o prebióticos adecuados para diferentes individuos, así como el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas basadas en la composición de la microbiota intestinal y otros datos personales. Pero ¿qué tipo de información proporcionan estos test de microbioma y hasta qué punto son fiables sus resultados para la práctica clínica?

Los alimentos son una fuente de componentes, entre ellos los nutrientes, que refuerzan el sistema inmunitario y ofrecen una buena defensa contra los patógenos. La calidad de la dieta no solo es importante en estos momentos para protegernos contra la COVID-19 grave, sino también para mejorar la eficacia de la vacuna contra la COVID-19, particularmente en ciertos grupos de riesgo.

Probablemente habrá escuchado más de una vez que una composición alterada de la microbiota intestinal va acompañada de una amplia gama de enfermedades intestinales y extraintestinales. En este artículo presentamos cuáles son las cuatro mejores formas de cuidar nuestra microbiota intestinal según la comunidad científica.

La microbiota intestinal está expuesta a diario a una serie de factores que la modifican, siendo la dieta uno de los más importantes. Nuevos hallazgos del American Gut Project revelan que el origen del agua que bebemos se encuentra entre los factores clave que contribuyen a explicar la variación de la microbiota intestinal.

Hasta hace muy poco, se pensaba que la microbiota intestinal de los niños alcanzaba una estructura semejante a la de los adultos a la edad de 3 años. Sin embargo, estudios recientes sugieren que la comunidad intestinal de microorganismos continúa evolucionando tanto en preadolescentes como en jóvenes de veinte años.

El término “simbiótico”, menos conocido que los de “probiótico” y “prebiótico”, surgió en 1995. En 2019, un grupo de científicos se reunió para proponer una nueva definición. Descubra por qué los simbióticos son más que la mera combinación probiótico-prebiótico y lo que pueden aportar a nuestra salud.

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