Todos tenemos un segundo cerebro, ubicado en el intestino, capaz de influir en nuestro estado de ánimo e incluso nuestro bienestar. Está compuesto por cientos de millones de neuronas, más de las que tiene la médula espinal, y repartido por las paredes del intestino. Su principal función es transmitir información de la microbiota al cerebro y al revés. Y la relación que ambos cerebros establecen puede estar detrás de algunos trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad.
El catedrático de psiquiatría Ted Dinan, de la Escuela Universitaria de Cork, es uno de los principales expertos mundiales en esta relación entre salud mental e intestino. Estudia las diferentes formas en que la microbiota envía señales al cerebro y el cerebro al intestino, y cómo esta comunicación puede estar vinculada a problemas mentales. Pudimos entrevistarlo durante la celebración del quinto encuentro mundial de Microbiota intestinal para la salud 2016, celebrado en Miami en febrero, donde tuvimos la oportunidad de hablar del eje intestino-cerebro.