El microbioma intestinal se estructura durante la pequeña infancia y se mantiene relativamente estable hasta la vejez

El microbioma intestinal se establece desde el nacimiento y se estructura durante la pequeña infancia. Se mantiene relativamente estable y resiliente durante la edad adulta hasta la vejez, cuando su estabilidad y funciones comienzan a deteriorarse.

Si bien se sabe que el microbioma intestinal evoluciona a medida que los humanos envejecen, disponemos de muy pocos datos sobre la estructura y la función del microbioma intestinal en niños.

Numerosos estudios  han observado que la diversidad de la microbiota intestinal (el número de diferentes tipos de microorganismos y su distribución en el intestino) alcanza su mayor semejanza con una microbiota de adulto al final de los tres primeros años de vida.

Pero en la ciencia del microbioma siguen existiendo incógnitas por desvelar y una de ellas es la manera en que el microbioma intestinal se desarrolla.

 

El microbioma intestinal continúa su desarrollo más allá de los tres años de edad

Se han constatado cambios en la composición del microbioma intestinal  en niños de preescolar (de 3 a 6 años) y en edad escolar (de 7 a 12 años). Estos grupos de edades comparten características específicas como un enriquecimiento en bacterias beneficiosas para la salud, como, por ejemplo, bifidobacterias y especies de Ruminococcus y Faecalibacterium que producen butirato, o una reducción de las arqueas productoras de gas metano. Sin embargo, a grandes rasgos, no existen diferencias significativas entre la diversidad microbiana de niños y adultos.

Se ha documentado además otra transición en la composición del microbioma intestinal a la edad de 20 años. Un equipo de científicos ha descubierto, tras llevar a cabo un estudio con un grupo de 1.000 individuos chinos sanos con edades entre 3 y más de 100 años, que las mayores diferencias en el microbioma intestinal entre las distintas franjas de edad se encontraban en el grupo de 19 a 24 años.

Curiosamente, los niños de menos de 10 años mostraban una  microbiota fúngica más rica que los adultos, pero se desconoce su relevancia para la salud.

Estos hallazgos  vienen determinados por las diferencias demográficas, la duración de la lactancia materna, la ingesta de fibra alimentaria y proteínas de origen vegetal y el estilo de vida de los sujetos estudiados. Antes de establecer cuánto dura el desarrollo del microbioma intestinal, es necesario replicar estos hallazgos a personas de otros países. Sin embargo, sí parece que el desarrollo del microbioma intestinal podría durar más de lo que se creía.

 

¿Qué suponen las diferencias en la composición del microbioma intestinal de niños y adultos?

Si bien ahora disponemos de más información sobre los cambios en la composición de la microbiota, es importante saber lo que implican para la salud de los niños.

El desarrollo del microbioma intestinal supone un paso hacia una mayor diversidad bacteriana y una complejidad funcional que implica una degradación de los carbohidratos complejos, la síntesis de los ácidos grasos de cadena corta y el metabolismo de los xenobióticos  (fármacos y contaminantes ambientales), entre otros factores. Algunos autores  argumentan que cuantos más vegetales se ingieren en la dieta, mejor es la respuesta metabólica a la glucosa, gracias a la gran abundancia de Bacteroides o Prevotella en el intestino del niño.

Todas estas funciones del microbioma contribuyen al desarrollo del niño y reflejan la diversidad de los sustratos en la dieta del adulto.

En resumidas cuentas, estos estudios recientes sugieren que el desarrollo del microbioma intestinal podría ser más lento de lo que se pensaba. Teniendo en cuenta que la dieta es uno de los factores más determinantes a la hora de modelar el microbioma intestinal, estos hallazgos explican por qué la mejora de la alimentación en niños y jóvenes adultos podría favorecer una buena salud a largo plazo y prevenir enfermedades.

 

Referencias:

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