Aunque suene a tópico, la realidad es que el 2014 ya está en la recta final y en un abrir y cerrar de ojos estaremos brindando para celebrar la llegada del nuevo año. Pero antes de que esto suceda, permítannos hacer un recordatorio de lo acontecido en este año que se nos va, «microbióticamente» hablando, por supuesto.
En primer lugar, la Cumbre Gut Microbiota for Health (microbiota intestinal y salud), de 2014 organizada conjuntamente por la Asociación Americana de Gastroenterología (American Gastroenterological Association – AGA) y la sección Microbiota Intestinal y Salud (Gut Microbiota & Health) de la Sociedad Europea de Neurogastroenterología y Motilidad (European Society of Neurogastroenterology and Motility – ESNM) a la que asistieron científicos de todo el mundo. Tuvo lugar en Miami en el mes de marzo, durante dos días en los que expertos de diferentes países debatieron cuestiones relacionadas esencialmente con la modulación de la microbiota a través de la dieta, los antibióticos o las terapias probióticas a fin de combatir las enfermedades y mejorar la salud y la calidad de vida de las personas.
Este no ha sido el único encuentro dedicado a la microbiota de este año. Desde Estados Unidos hasta Europa, se han organizado numerosos congresos y conferencias sobre esta materia. En septiembre, la facultad de medicina de Harvard, en Boston, acogía un simposio titulado “Microbiota intestinal, probióticos y su impacto a lo largo de la vida”. Su objetivo era hacer un repaso de los últimos descubrimientos científicos acerca de la microbiota intestinal y de los probióticos y de su importancia desde el embarazo hasta la edad adulta. También cabe mencionar el congreso anual de la Federación Europea de Gastroenterología (United European Gastroenterology – UEG), que tuvo lugar en octubre, y que dedicó por primera vez parte de su programa oficial a la microbiota.
Asimismo, merece la pena recalcar el Día Mundial de la Salud Digestiva de este año, organizado por la Organización Mundial de Gastroenterología (World Gastroenterology Organisation – WGO), y dedicado a la microbiota. El mensaje clave de este evento ha sido que una flora intestinal saludable resulta esencial para nuestra salud y que con la ayuda de una dieta apropiada se puede hacer mucho para mantener nuestra salud gastrointestinal. Para llamar la atención sobre el papel primordial de las bacterias intestinales, la Organización Mundial de Gastroenterología ha organizado eventos en más de veinte países: desde congresos científicos hasta actividades específicas para despertar el interés sobre esta materia.
También desde el punto de vista de nuestras actividades, el año 2014 ha sido un año muy productivo. Se han publicado más de 40 artículos originales en nuestro blog, el Observatorio Mundial de la Microbiota Intestinal (Gut Microbiota Worldwatch en inglés), incluidos comentarios a publicaciones, entrevistas y recomendaciones de recursos sobre microbiota. El lanzamiento de nuestras versiones en español y en francés, ha supuesto otro hito en nuestra existencia. Se trata de hacer llegar a un público más numeroso nuestro mensaje acerca de la importancia del microbiota intestinal para nuestra salud y nuestro bienestar. Asimismo, hemos estado muy activos en las redes sociales, llegando a una gran interacción con nuestra comunidad. Hemos duplicado el número de seguidores de Twitter y hemos alcanzado la cifra de 3.500 fans en Facebook. Al acabar 2014, las visitas mensuales a nuestra página serán tres veces más numerosas que un año antes, y ya se nos cita con regularidad como una fuente de información fiable sobre la microbiota intestinal. Todos estos datos constituyen una gran motivación y revelan su confianza en nosotros así como su interés, lo cual nos enorgullece.
Al analizar la producción científica, se puede observar que a lo largo de 2014 se han publicado numerosos artículos sobre la microbiota intestinal. Algunos de ellos se han centrado en el papel de los cientos de billones de bacterias en nuestro sistema inmunitario; entre ellos, los de cómo la lactancia materna ofrece protección de por vida frente a ciertas enfermedades o cómo los antibióticos ingeridos durante el embarazo pueden afectar al sistema inmune del bebé. Otros se han fijado en cuestiones bien distintas y a veces algo sorprendentes. Tal es el caso del estudio publicado en Nature por investigadores del Instituto Weizmann de Ciencias en Revohot, Israel, que sugería que los edulcorantes artificiales podían tener un impacto negativo en la microbiota intestinal, derivando en la aparición de diabetes y de obesidad. Otro estudio, llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, revela que la misma dieta tenía efectos diferentes en los hombres y en las mujeres. En la segunda mitad del año, científicos del Instituto nacional francés para la salud y la investigación médica (INSERM) y de la Universidad de Rouen se dedicaron a estudiar si la microbiota intestinal podía afectar al apetito y podía estar detrás de algunos trastornos de la alimentación como la bulimia o la anorexia. Los resultados de estas investigaciones fueron publicados en la revista Translational Psychiatry, mostrando que efectivamente, algunas bacterias del intestino podían interferir en la forma en que el cuerpo regula el hambre de forma eficaz.
Mientras cada vez más portadas de periódicos y otros medios publican noticias sobre la microbiota intestinal, algunas voces (entre ellas, las de Seth Bordenstein, Paul Enck y Joel Doré) se alzan para recordarnos la importancia de permanecer cautos y de evitar sacar conclusiones que vayan demasiado lejos a fin de no malinterpretar o sobrevalorar los resultados aportados por la ciencia.
Mirando hacia el futuro, como si tuviéramos la «bola de cristal de la microbiota intestinal», creemos que dos asuntos van a seguir ganando peso en los estudios de los investigadores de este campo. Por una parte, las nuevas aplicaciones de los probióticos a numerosos trastornos, y el papel preventivo que podría desempeñar la alimentación a la hora de mantener una microbiota sana y equilibrada. Por otra, los en ocasiones polémicos trasplantes fecales, para tratar infecciones intestinales recurrentes que ya no responden al tratamiento antibiótico tradicional.
Nuestras buenas resoluciones para el año próximo consistirán en continuar ofreciéndoles una información de calidad que nos permita avanzar en nuestra comprensión de esta comunidad de microbios indispensables alojados en nuestro interior.
Mientras tanto, no olviden cuidar de su microbiota.
¡Les deseamos un muy feliz 2015!