El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune crónica que provoca  que el sistema inmunológico ataque erróneamente al tejido sano del cuerpo. Puede afectar a la piel, las articulaciones, los riñones, el cerebro u otros órganos. En España, entre 40.000 y 50.000 personas padecen Lupus, según la Federación Española de Lupus. Una nueva investigación del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) ha descifrado el perfil de la microbiota intestinal en pacientes de LES.

Los resultados, publicados en el número de octubre de la revista mBIO, muestran un desequilibrio en la ratio de los dos grupos de microorganismos más abundantes en el intestino humano (los Bacteroidetes y los Firmicutes), a favor del primero, mientras que la carga y diversidad bacteriana eran similares entre los pacientes y el grupo de control. «Estudios anteriores sugerían que la microbiota intestinal podía influir en los síntomas y la progresión de algunas enfermedades autoinmunes. Sin embargo, este hecho no había sido aún estudiado en enfermos de LES utilizando técnicas de secuenciación masiva. La disbiosis intestinal observada durante este estudio nos permite considerar la microbiota como un nuevo objetivo en el que influir para paliar los síntomas del LES», explicaba a Gut Microbiota Worldwatch el coordinador del estudio, Abelardo Margolles, un investigador del CSIC, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias.

Para este estudio se comparó un grupo de 20 pacientes con LES de una zona geográfica concreta (Asturias) con otro similar de personas sanas, teniendo en cuenta factores como la edad, el sexo, la medicación y su historial médico. El grupo con LES incluía individuos con una amplia variedad de síntomas, lo cual permitió establecer una serie de correlaciones entre el perfil microbiano y la patología. «Existen cada vez más pruebas de que la microbiota podría tener un impacto sobre los síntomas y la progresión de algunas enfermedades autoinmunes», afirman los investigadores en sus conclusiones.  «Sin embargo», añaden, «sigue sin aclararse el cómo y el porqué de la influencia de esta comunidad microbiana sobre el LES.»

«Estas investigaciones no permiten aún predecir el éxito de terapias centradas en la microbiota para tratar el LES, pero abren nuevas vías que explorar. Sabemos, por ejemplo, que el perfil microbiano intestinal podría modularse a través de patrones alimentarios como intervenciones dietéticas para favorecer el incremento de las poblaciones microbianas que tengan incidencia en la sintomatología del LES», aclara Margolles.