Se trata de un proceso químico por el cual un organismo convierte el azúcar y los carbohidratos presentes en los alimentos en ácido o alcohol. Los humanos llevan siglos utilizando la fermentación para transformar materias primas en productos finales asimilables, por ejemplo en la preparación de alimentos como los yogures, el kéfir, el queso, el pan, la cerveza o el vino. Incluso el chocolate.