La administración de antibióticos a la madre durante el parto afecta el proceso de establecimiento de la microbiota intestinal del recién nacido, según un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España (CSIC) y publicado en la revista Journal of Pediatrics, que señala que en el caso de los bebés prematuros las alteraciones podrían ser incluso mayores.

Al nacer se inicia la colonización bacteriana del intestino, clave para la maduración del sistema inmune del recién nacido. Cualquier alteración que se produzca en este proceso, señalan los expertos, podría incrementar el riesgo de que el bebé sufriera diversas patologías en el futuro. “En estudios previos constatamos grandes diferencias en el proceso de colonización bacteriana entre niños prematuros y niños nacidos a término y quisimos ahondar en los factores perinatales responsables de esas diferencias. Sabíamos que la leche materna, el parto vaginal y los antibióticos podían ser claves”, explica a Gut Microbiota Worldwatch Miguel Gueimonde, autor principal del artículo.

El primer factor que investigaron fue los antibióticos. Para ello, partieron de una muestra formada por 40 recién nacidos, 27 de los cuales eran prematuros, y los que dividieron en cuatro grupos en función de si ellos habían tomado antibióticos al nacer o sus madres durante el parto. Tomaron muestras de heces de los pequeños al cabo de un día, de pocos días, al mes y a los tres meses y las analizaron utilizando tecnologías de secuenciación masiva de ADN.

Una de las cosas más sorprendentes que mostró el estudio, según Gueimonde, fue descubrir que lo que más influye en la microbiota del bebé es que a la madre le hayan administrado fármacos durante el parto. Incluso una sola dosis de antibióticos ha demostrado tener un efecto importante en el proceso de colonización.

La administración de antibióticos durante el parto es común en España: tres de cada 10 mujeres los reciben para evitar posibles infecciones. No obstante, ese protocolo no resulta inocuo para el bebé, puesto que se ha visto que podría contribuir a aumentar los niveles del género enterobacterias, unos microorganismos que pueden ser patógenos en la microbiota del niño durante, al menos, el primer mes de vida. En el caso de prematuros, cuya microbiota, en comparación con la de bebés a término, tiene una cantidad menor de microorganismos beneficiosos, los investigadores han visto que “estas alteraciones características de la prematuridad se ven, además, incrementadas por la exposición perinatal a antibióticos”, destaca Gueimonde.

Este estudio, señalan los investigadores, busca sentar las bases para repensar los protocolos de actuación durante el parto e impulsar el desarrollo de suplementos nutricionales que puedan ayudar a los bebés a compensar la toma de medicamentos que es muchas veces imprescindible, y a restablecer su microbiota intestinal.